Lo que nace de la luz - Capitulo 2

Lyra abrió sus ojos lentamente, y se volvió a revolver entre las sabanas. Odiaba las mañanas, las detestaba tanto el levantarse medio adormilada, como lo haría en ese justo momento. Eventualmente tenia que levantarse ¿verdad?
¨Buenos días Lyra, te espero con el desayuno¨ desde la cocina escucha una voz llamarle.

La unicornio verde se estiro sentada en la cama en una posición que nadie mas en Ponyville había intentado, esa era una particularidad en ella. Por fin comenzó a caminar arrastrando los cascos hasta el espejo de tocador de al otro lado de la habitación. Su reflejo denotaba cansancio y fastidio, además de que su crin estaba bastante desarreglada. Con su magia levanto un cepillo del tocador y comenzó a acicalarse todo su crin y pelaje; quería estar siempre presentable cuando estaba con Bon-Bon. El pensamiento la ruborizo un poco, y le provoco sonreír.

Terminado de acicalarse, se dirigió a la habitación contigua, que en realidad era una cocina y comedor a la vez, donde detrás de una estufa en la que una poni de color crema y crin azul con un mechón rosa llamativo cocinaba una especie de consomé con hierbas variadas.
¨Bon-Bon, buenos días¨ la unicornio verduzca saludo, sentándose –en su forma peculiar- en una de las sillas frente a una pequeña mesa en medio de aquella cocina. El tamaño del lugar era incomodo, pero para dos ponis, era lo suficientemente aceptable para vivir.

¨ ¿Como despertaste hoy, querida?¨ Bon-Bon pregunto cálidamente, sin voltear a verle mientras servía el consomé en un par de platos hondos. Lyra suspiro antes de responderle.

¨ ¿Te había comentado antes que odiaba las mañanas?¨ Lyra hablo con sarcasmo, pero además con un tono de broma que Bon-Bon comprendió.

¨Un par de veces, creo que lo olvide¨

Ese era su juego, por así decirle. Ambas ya había vivido junta bastante tiempo, se conocían perfectamente, así que este detalle no era desconocido para Bon-Bon.
¨Esta bien Bon-Bon, te perdono por que todo este tiempo que hemos vivido juntas significa mucho para mi¨ Lyra sonrió ampliamente al escuchar la melodiosa risa de Bon-Bon, la cual ahogo rápidamente al cubrirse con sus cascos.

¨ ¡Basta Lyra!¨ ella dijo en voz alta, pero no molesta ¨Solo desayunemos ahora, ¿si?¨

Lyra no respondió, con su magia alzo ambos tazones con consomé y los coloco en la mesa. La poni se sentó frente a ella, y ambas comenzaron a comer con cucharas. Lyra generalmente no le gusta mucho la cocina de Bon-Bon, pero aun así la comía por el valor sentimental que le daba.

Quizás no vivían muy bien, en una casa pequeña que ambas compartían en medio de la zona a las orillas de Ponyville. El trabajo de Bon-Bon como camarera del restaurante de Ponyville no era tan bien pagado, pero alguien necesitaba hacerlo, además del poni con acento francés sobreactuado y otra poni grisácea que tenia un rayo azul tanto en su crin como en su cola. Y el trabajo de Lyra como parte de una orquesta daba suficiente dinero, cuando actuaba. La unicornio verde resentía que en la fiesta de Gala no fuese llamada, como Octavia, su rival musical, la cual fue contratada por las princesas debido a su gran participación en la fiesta. `Yo pude haber sido ella´ la unicornio pensó amargamente, tragando un poco del consomé. No quería llorar. Lyra era muy sensible, a veces demasiado, rompiendo en lágrimas con detalles que la lastimaban.

Lyra trató de no pensar en eso, no le haría bien, miro a Bon-Bon, miro sus ojos color índigo, y esta a los suyos color miel, ambas solo sonrieron, y se tomaron de los cascos.

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¨ ¡Raindrop!¨ Boxxy Brown grito. Una pegaso a la distancia puso un gesto como si fuera a punto de ser golpeada. Su pelaje naranja claro estaba algo sucio por algo de tierra que la cubría, como si se hubiera revolcado en el suelo ¨ ¡¿Tu trabajo es simple, como puedes perder la mitad de las cartas en el camino para entregar la primera?!¨ el pegaso café grito molesto.

Raindrop sonrió tímidamente. Su supervisor a veces podía ser un ogro, pero realmente lo merecía, era una incompetente. Perdía cartas, a veces rompía los contenidos frágiles de los paquetes, e incluso tendía a olvidar algunas cosas como que estaba en sus horas de trabajo.

No era su intención, simplemente, tendía a no prestar mucha e incluso divagar en sus pensamientos, no era intencional, solo así se entretenía, soñando despierta en un mundo de fantasía que creaba en su mente. Todo esto le llevaba problemas.

Gracias a Derpy que la cubría.

La pegaso grisácea era su mejor amiga, y trabajaban generalmente juntas. Derpy tendía a defender a Raindrop, hasta incluso dejaba que la culpa de sus descuidos recayera sobre ella. Raindrop no podía demostrar su aprecio, no sabia que hacer por ella mas que ofrecerle un muffin antes de trabajar y después que acabara el turno de ambas. Derpy hablaba extraño y tenia un problema en sus ojos, eso la hacia ver como una retrasada, pero Raindrop sabia que Derpy era bastante inteligente, demasiado diría ella.

Ahora Derpy estaba fuera entregando paquetes en un proceso de prueba, debido a que recientemente ella y Raindrop habían dejado caer varios artefactos sobre la estudiante de Celestia, que por suerte no demando a la sede de correos por aquel descuido.

¨ ¡RAINDROP, DESPIERTA!¨ Boxxy grito. La pegaso peli-verde se asusto al mismo momento que salía de sus recientes pensamientos de lo sucedido con Derpy aquel día.

¨Oh, disculpe capitán, mandamás, mi señor¨ Raindrop se paro sobre sus dos cascos traseros y arqueo uno delantero frente a su cabeza en señal de saludo.

¨ ¡Raindrop, ya te dije que no me digas así! ¡¿Puedes explicar el motivo de la perdida de medio saco de cartas?!¨ Boxxy parecía que iba a golpear a la pegaso en cualquier momento, pero todos sabían que ese era el humor del supervisor del sistema de correos, nunca había golpeado, si quiera amenazar de golpear a alguno de sus trabajadores.

¨Uhm... ¿oops?¨ Raindrop sonrió forzadamente. Lo que paso es que al sobre volar un edificio, no se dio cuenta que en uno de los arcos de este se rasgo el fondo de la bolsa y el mismo viento esparció las cartas por todo Ponyville, y por el mismo jalón de la bolsa perdió el equilibrio en el aire y cayó al suelo, si no hubiera sido así, quizás perdía todas las cartas.

¨ ¿Esa es tu respuesta? ¿Oops? ¡Tengo a casi todos los empleados buscando las cartas perdidas!¨ el pegaso café grito y dio media vuelta ¨Me estas obligando a tomar medidas drásticas, tu y tu amiga Derpy solo me causan problemas¨

¨E-espere, podemos llegar a un acuerdo, patrón, jefe, amo¨

¨ ¡Que no me digas así!¨ Boxxy volteo de golpe con un rostro de fastidio que pudo haber asustado a cualquiera que no lo conociera. Suspiro hondamente y cerro los ojos, bajando su tono de voz ¨Raindrop, ve y tomate el día, necesito pensar esto¨

Si algo sabía la pegaso que no tenia que hacer era desacatar la orden, después de todo, era una orden directa de un superior.
¨Como usted diga, jefe, señor, maestro...¨

¨ ¡Solo vete!¨ Y sin mas que decir o pensar, Raindrop emprendió vuelo.

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La pegaso naranja tenía su propio hogar por los alrededores de Cloudsdale, donde hizo su propia nube-casa, justo solo para ella. A veces envidiaba el trabajo del diseño del hogar de otros pegasos, como la escasa de Soarin, o la de Lily Blossom, y el aspirar a tener una casa como la de Rainbow Dash –una gran voladora que gano en la competencia de habilidades de vuelo- era demasiado.

No era buena con el manejo del clima, generalmente los pegasos tenían que tener unas cuantas habilidades, pero podría decirse que ella era buena para perder el tiempo viendo al vacio durante horas, sobre todo cuando llovía. Le gustaba ver la lluvia, lamentablemente sus pobres habilidades sobre el clima apenas le podían permitir manejar las nubes como para hacer su propio hogar.

Arribo y entró. En vez de dirigirse a tomar una ducha, fue y se hecho a la cama, mirando el blanco techo de nubes. Si, esto era lo que hacia cuando no trabajaba. El trabajo de correo era lo único que hacia fuera de estar en su propia casa, no podía perderlo, no dejaría que sucediera.
¨Derpy no estará muy contenta conmigo¨ murmuro en un bostezo, mientras cerraba los ojos. Quizás mas tarde podría hablar con ella un poco para animarse, y darle un muffin a su amiga.

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En esos justos momentos, en el castillo de Canterlot las dos princesas estaban sentadas en la enorme y larga mesa en medio del salón principal, cada una en un extremo mientras comían alfalfa silenciosamente. Había un silencio incomodo de parte de ambas, pero ninguna se atrevía a decir algo, solo de vez en cuando levantaba una la mirada y veía a la otra, y en un par de ocasiones que sus miradas se cruzaban, las dos a la vez la bajaban de nuevo hacia el plato con alfalfa.

El portón se abrió de golpe, solo para que un unicornio azul de crin blanca pasara caminando pesadamente mientras que con su magia arrastrara a otra unicornio blanca de crin rosa, que se resistía tratando de aferrarse al suelo con sus cascos.
¨¿Bastion, pasa algo?¨ Celestia se limpio el hocico con una servilleta antes de hablar, mientras Bastion paso por casi todo el salón –haciendo una reverencia a la Princesa Luna al pasar al lado de ella- hasta llegar con Celestia.

¨Su majestad¨ hizo su reverencia de nuevo ¨Moondancer ha cometido un perjurio en su nombre, ha destruido esa estatua de usted que esta en la sala de profesores en su escuela de magia¨ su voz marcaba autoridad, clase y orgullo aun que su molestia era notoria en ella.

¨ ¿Eso es cierto?¨ Celestia se dirigió a Moondancer, que al estar frente a la princesa, no sabia como reaccionar.

¨ ¡Yo puedo explicarlo!¨ el sitio quedo en silencio unos segundos ¨Quizás no... ¡Pero no fue intencional! Estaba practicando ese hechizo de transmutación de objetos, y vi su estatua y me dije `como se vería una estatua de la princesa Luna en su lugar´ y como practica lo intente, y explotó... en pedazos…¨ Moondancer sonrió ampliamente, de tal manera que su nerviosismo parecía que había desaparecido. Celestia alcanzo a notar, desde el otro lado de la mesa, que su hermana se mostró interesada y feliz de que alguien pensara en ella.

¨Bastion, ya suéltala ¨ Celestia ordeno al unicornio azul, que obedeció dejando de retener a la unicornio con magia ¨Esa vieja estatua necesitaba unos retoques mas, como a mi hermana a mi lado¨ Celestia sonrió al ver que Moondancer exhalo de alivio ¨Sin embargo, tendrás que limpiar lo que ocasionaste y tendrás que mostrarle a Bastion dentro de un par de días el hechizo de transmutación sin explotar algo¨

¨L-lo hare, princesa Celestia¨ Moondancer hizo su reverencia después de todo el tiempo de haber estado ahí, y salió del salón con Bastion pisándole los talones.

Luna, después de toda la conmoción por fin hablo.
¨Problemas en tu escuela, ¿eh?¨ ella dijo con un tono que sonaba forzado.

¨Nuestra escuela, Luna¨ Celestia aclaro, avanzando hacia ella ¨Ya que has regresado, también el reino es tuyo, al igual que mi escuela y mi pueblo¨

¨ ¿Cuando podre tener deberes y obligaciones como princesa entonces?¨ Luna pregunto, levantándose de la mesa, sin moverse a ningún otro lado.

¨Hermana, recientemente volviste de...¨ la alicornio calló en seco un par de segundos ¨recientemente volviste, y no quiero presionarte con los deberes del reino¨

¨¿Cómo puede ser mi reino si no hago nada en el?¨ Luna se tornaba cada vez mas fría, mientras Celestia cada vez sabia menos que decir ¨Ya no me dejas alzar mi propia Luna¨

¨Claro que si, Luna. Solo espero a que estés a tu máximo potencial para...¨ Celestia alzo la voz, comenzando a ponerse a la defensiva.

¨Me siento de maravilla hoy, creo entonces no te molestara que esta noche yo...¨

¨ ¡NO!¨ Celestia exclamó con voz potente que retumbo en aquel salón, ocasionando que su hermana se encogiera en el mismo lugar en el que estaba con sus ojos abiertos como ventanas que dejaban ver el pánico y terror en su interior. Celestia aclaro su garganta para proseguir con voz suave ¨Luna, yo puedo manejarlo sola, tu necesitas descansar y recobrar todas tus fuerzas después de tanto tiempo, si necesitas algo, los guardias y las sirvientas pueden ayudarte en lo que necesites¨

Celestia pasó al lado de la temerosa aliconio saliendo del gran salón. Tan pronto Celestia cerró el portón tras ella, corrió a su propia alcoba evitando a los guardias en el camino. Se encerró en su habitación, y no se molesto siquiera en ponerse cómoda; se dejo caer frente a su propia puerta y grito derramando lagrimas de desesperación.