Lo que nace de la luz - Prologo, SoulFic [Grimdark]

Aun en los bastante oscurecidos pasillos del palacio de Canterlot tenia que abrirse paso. Con la magia de su cuerno fácilmente podría iluminar su camino y así evitar tropezar con los muebles al caminar, o dar de cara con las paredes de vez en cuando.

Pero tenía miedo de llamar la atención.

No comprendía muy bien el por que tenia aquel temor. Era su palacio, sus súbditos, sus guardias. ¿Por qué tenia miedo? Deseaba saberlo. Pero por ahora su pecho se sentía frio. Su mente se bloqueaba con muchos pensamientos, pero ninguno era coherente o algo descifrable. No sabia a donde se dirigía, no había visto a uno de los guardias del palacio. Estaba completamente solitario el lugar.

Al avanzar entre los pasillos, llego al gran ventanal del salón principal de fiestas (se dio cuenta por su memoria y ubicación) donde provenía una única luz, que débilmente iluminaba el salón por aquel enorme ventanal.

Al horizonte, la luna estaba semi-oculta por una montaña lejana. El paisaje era en particular hermoso, pero algo estaba mal. Por la posición de la luna... debería haber luz del sol.

¿Qué era? ¿El alba? ¿El ocaso? ¿No había crepúsculo? ¿Dónde estaba la luz del sol? ¿amanecía o anochecía?... muchas mas interrogantes pasaron por su cabeza. Su miedo se volvió en pánico cegador.

¡¿Qué haría?! ¡¿Qué pasaría?! ¡¿Qué significaba esto?! ¡¿Nightmare Moon ha vuelto?! ¡Pero si había sido detenida por el poder de los elementos de la armonía!

`Y aun así, esta es la noche eterna´ una voz parecía hablarle en su cabeza. Volteo a todos lados, pero debido a la oscuridad no veía nada. Esa voz, destilaba frialdad y cierto desdén, un ligero tono de burla `Los preciados elementos de la armonía solo volvieron a encerar a Nightmare Moon. No la desaparecieron, no tienen tal poder.´

El pánico poco a poco la consumía. Nightmare Moon... sin duda este escenario nocturno era culpa de ella ¿Pero como era posible? ¡Nightmare Moon había sido derrotada! Además no podía ser. En ningún momento recuerda algo fuera de lo inusual en los pasados días que indicaran sentimientos negativos, o resentimiento o algo parecido. Quizás el estar encerrada en su habitación constantemente la estaban trastornando, volviéndola de nuevo aquella criatura de la noche... quizás la voz tenía la razón...

`Claro que la tengo´ de nuevo la voz en su cabeza hablo, con un tono apresurado `yo solo se lo que tu sabes, y que quieres negar. No estas segura de que lo que sucedió debió pasar así. Tienes miedo de que el resentimiento vuelva, la soledad, el odio...´ cada vez la voz se volvía mas fría, y en cierto modo, sensual y atrayente, en una forma de convencimiento que en parte, hacia recorrer un escalofrió a la oyente de la voz `Dime... ¿que harás? ¿Pondrías de nuevo a tus súbditos bajo peligro por querer más compañía? ¿Querer de vuelta a tu hermana...?´

¨Basta...¨ por fin hablo, tratando de responderle a aquella voz, que continuo su dialogo como si no hubiera escuchado el odio contenido en la voz casi apagada.

`Has estado sola estos mil años... ¿pero vale la pena poner en riesgo a muchos mas de tu pueblo…?´

¨Basta ya...¨ comenzaba a temblar, pero no estaba segura si era por la rabia creciente en ella, o el terror y pánico que producía la razón que tenían las palabras que escuchaba.

`¿Después de mil años crees que tu hermana te ama? ¿Después de lo que hiciste antes y después del destierro...?´

¨Cállate¨ alzó mas la voz, apretó los dientes, miro a la luna y unas cuantas lagrimas corrieron por su mejilla al recordar la noche que inicio todos el milenio de estar sola, no tener a alguien con quien convivir, a quien amar, a su querida hermana.

¨Eres su miedo... eres un peligro para ella como para tus súbditos... ¿Como alguien podría amarte? ¿Cómo alguien podría amar un monstruo?¨

¨¡CALLATE!¨

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¨¡Su majestad! ¡Princesa! ¡Despierte!¨

Sus ojos se abrieron. En lugar de pupilas, sus ojos brillaban con luz blanca. Su cuerno se ilumino con una luz característica a la vez que levito al guardia que osó despertarla, y lo azoto contra una pared de su propia habitación, derribando un cuadro con su propio retrato pintado y uno que otro envase decorativo de porcelana fina.
¨S-su a-alteza...¨ el guardia intento hablar, sus blancas alas revoloteaban histéricamente debido al dolor que sentía alrededor de su cuello y garganta. El oxigeno no llegaba a sus pulmones, y no había manera de detener a la iracunda princesa desde su posición ¨S-Soy so-solo el guardia. Es-estaba dor-mida¨ esforzó esas palabras muy tenuemente.

Aparentemente, llegaron a ella justo a tiempo antes de que perdiera el conocimiento.

Los ojos de la alicornio bajaron en su brillo, desapareciendo prácticamente debido a la oscuridad que se hizo también al soltar al guardia, que cayó con un sonido seco al suelo y procedió a respirar bocanadas grandes de aire.
¨Ca-Capitán. ¡Mil disculpas!¨ La princesa quería pararse, pero su cuerpo temblaba, un sudor frio cubría su rostro y espalda, y ver que aun había oscuridad solo la preocupo mas.

¨Su-su majestad, solo era un mal sueño¨ el capitán comento, frotando su cuello con uno de sus cascos, claramente feliz de que su tráquea no hubiera sido dañada permanentemente ¨Esta segura aquí¨

¨¿Qué hora es?¨ la princesa pregunto mirando al exterior de su ventana, lo suficientemente grande para mostrar la noche sin luna. `Luna nueva´ pensó de inmediato.

¨Aproximadamente poco pasada la media noche, su majestad¨ el capitán respondió.

¨Muchas gracias capitán, necesito descansar, puede retirarse¨ la alicornio dijo con voz suave, pero claramente era una orden. El pegaso solo inclino la cabeza y procedió a salir de la habitación, pero la princesa lo detuvo antes ¨Le ruego que no despierte a mi hermana para comentar este percance. Preferentemente a nadie en lo absoluto¨ su voz aun denotaba la suavidad de una suplica, pero seguía siendo una orden indirecta.

¨Como usted lo ordene, su majestad¨ el pegaso asintió y cerro la puerta tras el al salir.

La alicornio volvió a recostarse en su cama, y se acurruco bajo las suaves y cálidas sabanas de seda fina, cerro los ojos, pero aun sentía su pecho frio y aun cientos de pensamientos rondaban en su cabeza como un enjambre de parasprites hambrientos por respuestas para cada uno.
`¿Y si es cierto? ¿Si mi hermana no me ama?´

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La figura encapuchada miraba desde cierta distancia moderada el castillo de Canterlot, mas especifico, la habitación de una de las princesas. Sonrió tímidamente. Había cumplido con éxito su misión, tenia la seguridad de ello.

No quería fallarle a los ponis que han decidido ponerle cierta confianza. Es lo menos que podía hacer por ellos ahora. Ahora procedería a retirarse antes que los guardias notaran su presencia, o los demás pensaran que había huido.