| RoflLuxRay |
| | Gracias soul gracias. Iba a responder antes pero queria hacerlo junto con la actualización la cual recorro con esto a los sabados. Si puedes ser mi fan #1 pero no me diseques hasta que acabe la histora xD Ahora si, gracias a todos por leer hasta ahora, y por eso loes traigo la segunda entrega de Camuflaje. Sin mas preambulos... Capitulo 2“¡¿Pero quién demonios creen que son?!” preguntó Ampy encolerizado cuando Rainbow Dash le soltó sobre unas nubes en lo que parecía el patio de un edificio grisáceo al que los Wonderbolts le habían llevado.
“Te acabamos de salvar el pellejo, deberías estar agradecido,” respondió Flare Charge indignada, quitándose las gafas de sus ojos.
“¿Agradecido?” Ampy tomó a la Wonderbolt ojiazul del traje y la miró con furia, “dejaron a mi amiga a morir en esa fábrica, y ella los idolatraba.”
“Sentimos mucho lo de tu amiga,” Spitfire aterrizó a un lado de Flare y se quitó la máscara de su cara, “pero necesitábamos sacarte de ahí.”
“¿Por qué todo el mundo me necesita?” Ampy soltó a la Wonderbolt y levantó su rostro hacia el cielo claro con una mirada llena de desesperación.
“Por lo que puedes hacer,” la líder se acercó a él con algo de cautela, “eres un Pegaso único.”
“No me digas me vas a pedir que me una…” dijo Ampy con ironía.
“Nosotros no lo haremos,” Spitfire caminó hacia la puerta hecha de nubes y le abrió, revelando un salón dorado adornado con banderines rosados. Una carpeta roja recorría todo el suelo hacia un trono dorado donde la Princesa Celestia se sentaba y miraba con gracia hacia la entrada, “Lo hará la Princesa.”
Los cuatro Wonderbolts llevaron al joven Pegaso adentro del salón, la Princesa los miraba con tranquilidad, protegida a la base de las escaleras que llevaban a su trono por dos fornidos Pegasos de guardia.
“Wonderbolts reportándose, su majestad,” Spitfire dijo al ofrecer un saludo militar a una de las dos regentes de Equestria, gesto que el resto de su escuadrón imito.
“Levántense, Wonderbolts,” dijo la Princesa con tranquilidad, “¿es este el Pegaso del que Soarin’ me hablaba?”
“Así es, Princesa,” Spitfire se levantó y señalo a Ampy, “el es Sapphire Bolt.”
“Un honor, su majestad,” dijo Ampy haciendo una reverencia, pues nunca antes una Alicornio le había dirigido la palabra.
“Reconozco que las acciones de los Wonderbolts fueron las incorrectas, pero por fortuna, me han informado que Blueball Roycewicz se encuentra grave, pero estable en el Hospital de Ponyville.”
La cara de Ampy lentamente cambio a una sonrisa, “¿Puedo ir a verla?”
“Por supuesto, pero antes de eso…” Celestia le ordeno a sus guardias con una pezuña que abandonaran el salón. A trote lento, los Pegasos con armadura dorada salieron por una puerta en la pared de la derecha. Cuando cerraron las nubes, Celestia aclaró su garganta.
“Hay unas cosas que deberías saber, pues nuestro interés lo demanda.” El tono en la voz de la Princesa se tornó mucho más serio, “Te habrás dado cuenta que los Wonderbolts hacen más que solo acrobacias en el aire.”
“¿Qué?” preguntó Ampy fingiendo sorpresa, tanto que la misma Princesa compró su escepticismo.
“Los Wonderbolts son, en realidad, un conjunto de Pegasos cuya misión es velar por la seguridad de toda Equestria, un escuadrón de élite escogido de entre miles que trabaja solo bajo mis órdenes. Tu, Sapphire Bolt, naciste con una habilidad única, cuya adición al equipo es de crucial importancia.”
“Agradezco la oferta, pero tengo que rechazarla,” dijo Ampy con entereza, mirando directo hacia la princesa, “no es mi sueño el luchar por mi país.”
“Entonces, ¿Cuál es?” preguntó Celestia con un sentido místico en sus palabras.
“Lo que quiero es pulir mi alma, mis alas y mis habilidades. Batir todos los tiempos, imponer records inalcanzables. Inmortalizar mi nombre por mi velocidad.”
“¿Que tal inmortalizar tu persona a través de tus acciones?” Ampy abrió los ojos ampliamente con las palabras de Celestia, “Los sueños son algo que nos acompañan a lo largo de nuestras vidas, sirviéndonos de objetivo o meta a alcanzar. Lo que no todos reconocemos, es que a veces nuestras acciones no son las adecuadas si queremos alcanzar estos sueños, de ahí que varios Ponies no se sientan muy complacidos con la Cutie Mark que les tocó portar.”
“Yo sé que con entrenamiento diario alcanzaré mi sueño de pasar a la historia,” Ampy dijo en un intento de debatir las palabras de la mismísima Princesa.
“Y no dudo que lo hagas,” Celestia bajo la cabeza con una sonrisa en su rostro, pues ya tenía la sabiduría adecuada para el joven, “pero si lo que deseas es inmortalizar tu nombre, grabarlo con letras doradas en la historia, ¿Por qué hacerlo con algo que se puede vencer, con algo que puede distorsionarse con el paso de las generaciones?”
“Explícate.”
“Si aceptas mi oferta, no solo te aseguro pasarás a la historia, si no que serás un modelo a seguir para las generaciones venideras. Equestria está al borde de una catástrofe, y te pido nos ayudes a evitarla. Serás recordado por todos si tenemos éxito,” Celestia era conocida por sus impresionantes habilidades de persuasión por todos sus súbditos, lo cual era tanto buena como mala fama para ella.
“No soy bueno para pelear, ni siquiera sé qué es lo que haría,” su voluntad comenzaba a doblarse lentamente ante el fijo contemple de la regente.
“Su misión no es exterminar,” aclaró rápidamente Celestia, “su misión es velar por la paz, son la primera y última línea de defensa para Equestria. Si llegas a aceptar, serías entrenado antes de empezar a cumplir deberes.”
“¿Me dejarán volar tan rápido como me guste, sin que me limiten?”
“Todos los Wonderbolts son veloces y especiales en algo, si están aquí es porque vuelan lo más rápido que gustan.”
“No parece una mala idea…” pensó Ampy tocándose el mentón, “¿pero como sabré lo que traman?”
“¿Has tomado una decisión?” pregunto Celestia con autoridad.
“Me uniré si respondes una pregunta,” Ampy dio unos pasos hacia las escaleras, confrontando la pesada mirada de los ojos lavanda de Celestia, “¿Por qué existen los Shadowbolts?”
“Ah…” Celestia pareció sorprendida por la pregunta, “ellos… son Pegasos que perdieron el rumbo, traidores a la patria. Se aparecen de vez en cuando para arruinar algún evento, argumentando que liberarán Equestria de mi milenario reino de tiranía.”
Ampy guardo silencio, satisfecho con la elocuente respuesta de Celestia. A pesar de que no podía perdonar las acciones de los Wonderbolts, el unírseles ya no parecía una buena idea si lo que hacían era otra cosa distinta que volar con atrevidas acrobacias. El nunca pensó dedicarse a otra cosa que no fuera el volar distancias en el menor tiempo posible, pero siempre jugueteó con la idea de usar su velocidad, su obsesión por el límite de tiempo, para blandir el justo brazo de su justicia, pero no la justicia de alguien más.
“Muy bien, Celestia,” dijo con una tenue sonrisa en labios, “me uniré a ustedes.”
“Me da gusto, Sapphire Bolt,” Celestia asintió la cabeza agradecida.
“Por favor,” agregó inmediatamente el potro de melena bicolor, “llámeme Ampy, es por el peinado.”
“Muy bien, Ampy. ¡Spitfire!” La líder enderezó su pose al escuchar la firme voz de su Princesa, “llévatelo y adiéstralo. Lo necesito listo a mas tardar el viernes.”
“Enseguida,” Spitfire puso una pezuña en la espalda de Ampy y le hizo caminar hacia la puerta por la que entraron.
“¿Podría mandarle un saludo a mi amiga?” preguntó Ampy girando su cabeza violentamente hacia Celestia.
“Con todo gusto,” respondió la Princesa antes de que Spitfire cerrara la puerta del salón. Los Wonderbolts se reunieron a su alrededor casi instantáneamente, mirándolo con expectativa.
“¿Qué procede?” dijo Ampy ocultando su incomodidad por los ocho ojos que tenia encima.
“Pues primero debemos hacerte pruebas: Una de velocidad, una de habilidad y una de combate,” respondió Spitfire separándose del grupo.
“¿Por qué no se presentan?” sugirió Ampy al instante, “digo, ya saben de mi, ¿por qué no me dicen sus nombres y que hacen aquí?”
“Me agrada la actitud de este chico,” dijo Soarin’ entusiasmado, “¿por qué no empiezas, Spitfire?”
“Muy bien,” respondió la líder con una cálida sonrisa, “Yo soy Spitfire y soy la líder de los Wonderbolts, si sigues ordenes y no haces estupideces serás bienvenido aquí.”
“Me llamo Soarin’,” el Pegaso azul caminó hacia Ampy ofreciéndole una pezuña, “soy el segundo al mando de aquí, así como el que cuenta los chistes malos y le da gracia al grupo.”
“Me dicen Flare Charge,” la Pegaso roja dijo quitándose su máscara y lentes, sacudiendo su corta y lacia melena por el aire, “me encargo de tácticas y reconocimiento.”
“Y yo soy Rainbow Dash,” siguió el ejemplo de remover su máscara y lentes de los demás, su melena era del color del mismo arcoíris y se deslizaba por todo su cuello hasta la espalda, “y al parecer ya no seré la novata del grupo.”
“Ya nos conoces, ¿ahora por qué no te presentas oficialmente?” dijo Spitfire con su sonrisa, la cual ya se había esparcido por el grupo.
“Yo soy Sapphire Bolt, pero me dicen Ampy, por el peinado,” respondió el joven Pegaso pasando un casco por su melena.
“Seguro que tenerte entre nosotros beneficiará nuestra causa. Pero antes de que empieces a volar entre nosotros, vas a necesitar tu uniforme,” dijo Spitfire, flotando hacia el borde de la nube en la que estaba el edificio.
“¿Voy a tener que usar su clásico azul con amarillo?” preguntó Ampy con decepción.
“Es nuestro camuflaje, te acostumbrarás,” el resto de los Wonderbolts siguieron a su líder al borde de la nube, volando hacia su lado.
“¿Camuflaje?” Ampy alzó una ceja sorprendido.
“Si vienes verás el por qué. Además, aprovecharé esta oportunidad para ver que tan rápido vuelas,” Ampy batió sus alas y levitó hacia un lado de Flare Charge.
“¿A cuánto queda nuestro destino?” preguntó con ansiedad, alzando la otra ceja con arrogancia.
“Aproximadamente a dos minutos de aquí a máxima velocidad,” respondió Rainbow Dash colocándose sus lentes de vuelta.
“Llegare en uno con cincuenta,” Ampy inclinó su cuerpo hacia delante, preparando su vuelo.
“Solo trata de mantener el paso, no queremos que te pierdas,” advirtió Spitfire, “Ah, se me olvidaba,” se quitó los lentes y se los dio a Sapphire Bolt, “ponte esto si no quieres perderte.”
“De acuerdo,” se colocó los lentes en su rostro sin intención alguna de obedecer a Spitfire en cuanto a mantener el paso, quería mostrarles de que estaba hecho.
“¡Wonderbolts…!” todos asumieron posición de despegue inclinando sus cuerpos hacia adelante, “¡fuera!”
Los cinco Pegasos arrancaron a una velocidad impresionante, manteniendo una distancia prudente entre ellos para no chocar, como les enseñan a los potrancos en la escuela de vuelo. Ampy pareció rezagarse un poco ante el ritmo de los Wonderbolts, lo cual le incitó a redoblar su esfuerzo tan solo para alcanzarles.
“¡Wonderbolts, a la izquierda!” exclamó Spitfire, señalando la vuelta con una de sus pezuñas. Todos giraron su cuerpo y doblaron hacia el este, en dirección a un cumulo de nubes lejano.
“¡Sprint al final!” Spitfire ordenó y todos los Wonderbolts aceleraron aun mas, condensando el aire alrededor de sus flancos. Ampy quedó más rezagado que antes, obligándolo a forzar su cuerpo al máximo.
“Cascos al frente, y mira fijamente a un punto…” pensó en la frase que le había dicho su padre al entrenar. Al poner sus cascos al frente, cortaba el aire con mayor facilidad como todos los Wonderbolts. Y siempre que posaba su mirada sobre un punto fijo frente a él, este parecía acercarse más rápido, distorsionando sus alrededores. Sin que siquiera notarlo, pasó a los Wonderbolts a una velocidad impresionante, dejándolos atónitos.
“No veo un cono sónico a su alrededor, ¿cómo hace eso?” dijo Soarin’ con los ojos bien abiertos.
“Eso es lo que hace,” respondió Spitfire al instante, “no vuela rápido, pero ralentiza el tiempo.”
“Muchacho tramposo…” murmuró Flare Charge con una sonrisa en labios.
“¿Lo podemos alcanzar?” pregunto Rainbow Dash girando su cabeza hacia los demás.
“No lo creo, si lo intentamos solo frenará mas al tiempo para que no lo hagamos.”
“¿Entonces dejamos que se estrelle contra la nube?” dijo Flare con una pequeña carcajada.
“A ver si así aprende a seguir mis órdenes.”
Ignorando el dialogo detrás, Ampy continuó su carrera hacia el cúmulo de nubes que ya veía bastante cerca. Pensando que su objetivo estaba detrás de este, aceleró para atravesarle y ahorrarse el giro alrededor.
Para su sorpresa, al intentar volar a través de las nubes, se estrelló violentamente contra ellas.
“¿Qué demonios…?” pensó en un estado casi de desmayo, resbalando por las nubes antes de separarse de ellas batiendo sus alas.
“Por eso se siguen mis órdenes,” dijo Spitfire en tono de regaño, tocando una parte de la sólida nube. Esta se abrió de un lado, exhibiendo algo parecido a un hangar metálico dentro del cúmulo.
Los Wonderbolts aterrizaron en el piso de mármol oscuro, encendiendo las luces en el techo al instante. Todo el hangar se extendía por varias decenas metros y solo tenía una pequeña puerta a la derecha de donde llegaron. Todos se quitaron su uniforme para dejarlo en capsulas pegadas a la pared, colocándolo sobre un modelo de Pony hecho a su medida; una barrera de vidrio se deslizó para proteger su valioso atuendo justo después de dejarlo ahí.
“Bienvenido a el potrero, hogar de los Wonderbolts,” dijo Spitfire exhibiendo su piel amarilla y Cutie Mark en forma de bola de fuego, caminando hacia la puerta distante puerta de metal con el resto de su escuadrón detrás.
“¿Con que aquí es donde viven eh?” preguntó Ampy sorprendido por las instalaciones.
“Aquí es donde nos reunimos, tenemos una vida después de todo,” aclaró Flare volteándose hacia él, permitiéndole observar la flecha llameante en su flanco.
“Te daremos el tour después, por ahora solo te mostraremos lo básico, el cuarto de reunión, el laboratorio del doc, los dormitorios…” agregó Spitfire al caminar por el desierto pasillo negro, iluminado por luces en el techo y a los lados.
Los Wonderbolts llevaron a Ampy hasta un gran cuarto circular con una gran pantalla en la pared, rodeado de una mesa pentagonal azul en el centro con cinco sillas amarillas en cada cara.
“Y yo que pensaba que solo hacían acrobacias…” dijo Ampy avasallado por la arquitectura del lugar.
“Hacemos mucho más que eso, aquí es el cuarto de reunión, donde discutimos las misiones y recibimos ordenes,” Spitfire caminó por el cuarto hasta otra puerta deslizante al otro lado, guiándolos por otro pasillo hasta una puerta blanca marcada con ‘laboratorio’.
“Este es el laboratorio del doc,” la líder abrió la puerta mostrando un gran cuarto blanco con varias computadoras y matraces alineados sobre una mesa. Observando a través del microscopio óptico, un Pony terrestre de color café claro con la melena del mismo color pero más oscura giró su cabeza para recibir a todos con una gran sonrisa.
“¿Ya de vuelta?” preguntó con prisa en su voz, “pensé se tardarían más con toda esa locura de los Shadowbolts en la competencia del mejor volador joven, observé todo en el televisor,” caminó hacia los Wonderbolts tomando su bata de la mesa y deslizándola sobre su espalda.
“Éste es el doc,” Spitfire señaló al potro con una pezuña, “Doc, este es el nuevo.”
“Interesante sujeto, Spitfire,” el doc caminó hacia Ampy mirándolo con intriga, “no esperaba esta coloración, o esa melena de dos colores, o esa actitud desafiante visible en su lenguaje corporal, o esa enérgica vibra al entrar.”
“El doc es así, pero créeme que no hay nadie tan inteligente como él en toda Equestria,” apuntó Spitfire para calmar la mirada extraña en el rostro de Ampy.
“¿Solo el doc?” preguntó Ampy manteniendo su mirada.
“La gente me pregunta si el doctor qué, cuando, donde, pero jamás me preguntan quién. Tomando eso, y traduciéndolo a un idioma que se habla en mi natal Glascow, y añadiendo una pizca de ingenio de Pony, me hago llamar el Doctor Whooves, un placer conocerte, joven…” el extraño doctor dejo espacio para que Ampy se presentara formalmente.
“Sapphire Bolt, pero llámame Ampy, por el peinado,” respondió incomodado por la persistente mirada del doctor.
“Combinación muy original, dada por la mezcla de colores en tu melena. Ampy… Ampy de Ampere, la unidad de medida reconocida para la electricidad, el diminutivo para darle un toque fresco, de juventud, ¿me equivoco?”
“No lo acoses tanto, Whooves,” dijo Flare empujando al doctor lejos de Ampy, “acaba de llegar, luego lo podrás estudiar.”
“Muy bien, asumo esto solo lo trajeron para la presentación,” el doctor caminó de vuelta hacia su microscopio, “asegúrense de que tenga acceso a la información de sus pruebas para analizarlo, por favor.”
“Claro que si, doc,” dijo Spitfire riéndose entre dientes, “vámonos, Ampy.”
“Hasta pronto, muchacho,” dijo Whooves agitando una de sus pezuñas al aire antes de que la puerta se cerrara. Spitfire los llevó a otro pasillo con varias puertas de vidrio a los lados.
“Estos son los dormitorios,” todos se detuvieron al lado de una puerta que no tenía nombre como todas las demás, “y este es el tuyo.”
“¿Puedo echar un vistazo?” preguntó con ansiedad.
“No veo por qué no, adelante,” Spitfire accedió, abriendo la puerta de vidrio polarizada para que Ampy entrara al espacioso dormitorio pintado completamente de blanco. En una esquina se veía una cómoda cama con sabanas azules con un pequeño estante de madera blanco a un lado. A los lados, se apreciaban mesas de madera con algunas libretas y plumas encima. De todos los lugares en Equestria, seguro este era de los mejores equipados en cuanto a tecnología.
“¿Ahora que procede?” dijo Ampy con ansiedad.
“Te haremos las pruebas, una vez que las acabes podrás disfrutar de esas comodidades.”
“Pues dime qué demonios estamos esperando,” la ansiedad en Ampy creció a un más.
“Entonces síguenos,” Spitfire sonrió y le señaló a Ampy abandonara su nueva habitación, llevándolo por mas pasillos de vuelta al hangar.
“A continuación te haremos la prueba de velocidad; Soarin, abre la puerta,” Spitfire le ordenó a su compañero quien rápidamente se apresuró a un lado del hangar y presiono un botón verde, abriendo la gigantesca compuerta.
“La primera prueba es la de velocidad, correrás contra Rainbow Dash en un sprint de ida y vuelta a un marcador ubicado a diez kilómetros de aquí.”
“Suena lógico,” dijo Ampy con una sonrisa confianzuda.
“No será fácil,” Rainbow Dash caminó a su lado con una sonrisa parecida, “soy la más rápida de todos.”
“¿De cuánto es el record?” Ampy hizo su pregunta reglamentaria.
“Cincuenta y siete segundos exactos,” la Pegaso azul de colorida cabellera respondió orgullosa.
“Será difícil batir eso…” se mordió un labio al pensarlo, preparando su cuerpo para el despegue. Rainbow Dash hizo exactamente lo mismo mientras Spitfire buscaba un silbato de entre sus cosas. Ampy comenzó a llenarse de nerviosismo, pues los Wonderbolts ya le habían superado con facilidad. Volteó hacia el reloj en su muñeca para ajustar el cronometro con su partida.
“Relájate, aclara tu mente y vuela…” se repitió a sí mismo para apaciguar su nerviosismo. Los demás Wonderbolts miraban con expectativa, siempre era apasionante ver el desempeño de algún recluta.
“En sus marcas…” dijo Spitfire seguido de un silencio repleto de suspenso, “listos…” los dos Pegasos alistaron sus alas para el despegue, Ampy preparó su reloj para sincronizarlo con su despegue.
“¡Fuera!” ambos Ponies salieron disparados hacia el vacio delante, acelerando lo más rápido que podían. Naturalmente, Ampy perdió unos segundos por presionar el botón de su reloj, tratando de recuperar la distancia perdida agitando sus alas aun más rápido.
“El novato es mío,” pensó Rainbow Dash al notar la ausencia Sapphire Bolt al borde de su vista. Llena de confianza, aceleró a un más para asegurar su aparente victoria. A la distancia, una pequeña nube con un gran poste amarillo comenzó a verse como lo que era y no una pequeña línea lejana.
“Cascos al frente y céntrate en un punto,” se recitó Ampy, haciendo exactamente lo que su mente le dictaba. Haciendo esto, el espacio a su alrededor comenzó distorsionarse, con la línea en la distancia en el centro.
Sin que ella lo notara, Ampy le rebasó fácilmente al doble de su velocidad.
“Oh, no lo harás,” dijo Rainbow Dash, acelerando aun más al batir sus alas y asumir una pose similar a la de su rival. Al nivel de su flanco, el aire se condensó, formando un anillo que optaba por tomar los colores del arcoíris. Frente a ella, el aire comenzó a doblarse, formando un bello cono supersónico. Se veía el esfuerzo en su rostro, así como el dolor que sentía al viajar a tremenda velocidad. Le dio alcance a Ampy justo en el marcador, quebrando la barrera del sonido justo detrás del poste amarillo.
Al hacerlo, la explosión sónica originó lo que los Ponies conocen como el ‘Sonic Rainboom’, un gran arcoíris se expandió por el aire como una onda expansiva, lanzando a Rainbow Dash al triple de su velocidad actual mientras soltaba una estela multicolor de su melena.
Al estar protegido por su peculiar habilidad, Ampy aprecio la explosión en cámara lenta y de manera distorsionada, pues el espacio a su alrededor se alargaba, se estiraba. Pero esto no evitó que Rainbow Dash continuara alejándose de él a una velocidad impresionante, aún visible para él.
“Vaya que es rápida…” pensó sorprendido por la velocidad de su oponente, “Basta, hay que centrarse. Mira un punto fijamente… observa cómo se acerca a ti.”
El espacio se estiró aun más, haciendo que su velocidad se duplicara. Y sin que se dieran cuenta, el hangar ya estaba casi enfrente de ellos.
“Vienen muy rápido, ¿verdad?” dijo Soarin’ retrocediendo hacia la puerta con algo de temor.
“Eres un Wonderbolt, ¿y le tienes miedo a dos Pegasos volando hacia un hangar bastante amplio a alta velocidad, con pocas probabilidad de estrellarse contigo?” agregó Flare con bastante sarcasmo en su voz.
“Estos muchachos se van a embarrar en la pared, Soarin’, ya que estas por allá, ¿podrías activar los colchones?” ordenó su líder con tranquilidad, apreciando como se acercaban los novatos a alta velocidad. El Pegaso azul presionó un botón junto a la puerta y un conjunto de grandes colchones blancos salieron de la pared para salvar a los dos Pegasos de una muerte segura, o de al menos una fractura.
Cruzaron la puerta del hangar sin reducir la velocidad, esperando ganar por un final de fotografía. Se estamparon de golpe en los colchones, sacudiendo toda la nube con la fuerza del impacto. La estela detrás de Rainbow Dash se desvaneció lentamente, y todos los demás pudieron ver como el espacio alrededor de Ampy recobraba su forma original.
“Traten de ser más cuidadosos la próxima vez,” advirtió Spitfire con calma, en comparación a sus compañeros que se veían agitados.
“¿Quién ganó?” la cabeza de Rainbow Dash se despegó de los esponjados colchones, volteando hacia los Wonderbolts debajo.
“Tú ganaste por una milésima de segundo,” respondió Flare mirando al reloj fugazmente.
“¡Sí!” Rainbow Dash se alejó con un solo batir de alas y comenzó a bailar en el aire, “gané, gané…”
“Denme el tiempo,” agregó Ampy separándose de los colchones, aparentemente aturdido y mirando al reloj de su muñeca. Marcaba cincuenta y dos segundos. Sorprendido, volteó su mirada hacia el cronómetro digital en la pared, que marcaba treinta y dos segundos.
“¡Batí mi record por más de veinte segundos!” el baile de Rainbow Dash continuó después de aterrizar junto a sus compañeros.
“¿Por qué mi reloj marca cincuenta y dos segundos?” la pregunta de Ampy llamó la atención de todos. Rainbow corrió para tomar su muñeca y ver el reloj por sí misma.
“¿Cómo demonios haces eso?” preguntó la novata impresionada.
“Es lo que él hace-”
El doc salió corriendo de la puerta a un lado con un papel en su boca, se le veía más agitado de lo normal.
“Muchachos, tienen que ver esto,” aventó el papel al aire antes de atraparlo con una de sus pezuñas.
“¿Por qué tan agitado?” preguntó Spitfire con una cálida sonrisa, el doctor y su prisa siempre le causo gracia.
“Acabo de recibir los datos de la prueba de velocidad, ¡y es impresionante!” respondió Whooves con emoción.
“Cuéntanos, entonces,” dijo Soarin’.
“Muy bien,” inhaló bastante aire antes de continuar, “El vuelo de Sapphire Bolt o Ampy, como le dicen, ocasiona un fenómeno muy conocido por la física moderna llamado dilatación temporal. No hay nada raro en eso, pues todos dilatamos el tiempo un poco al volar, pero lo interesante en él es que en realidad no vuela muy rápido, no más que el record de Soarin’ de Mach .83. Lo especial de su vuelo es que aun a esa velocidad puede, de alguna manera, dilatar el tiempo, lo suficiente para el desfase de veinte segundos que hay entre los relojes. Nótese la distorsión espacial que Sapphire Bolt, o Ampy, arrastra al volar, ocasionada por la dilatación temporal. En teoría, Sapphire Bolt, o Ampy, es capaz de acercarse a la velocidad de la luz.”
“Traducido al español…” remarcó Ampy con una ceja bien levantada.
“Quiero decir que dilatas el tiempo, y al hacerlo, distorsionas el espacio. Digamos que quieres viajar de un punto A, a otro punto B, la forma más fácil de hacerlo es trazando una línea entre los dos puntos. Pero lo que tú haces es doblar el tejido espacio tiempo, atrayendo el punto B hacia ti, asumiendo que eres el punto A, claro es. Al hacerlo, parece que avanzas a una gran velocidad, pero la verdad es que no alcanzas una gran velocidad, al menos en los datos que tengo registrados.”
¿Estás diciendo que soy lento?” preguntó Ampy con algo de ofensa en su tono de voz.
“En teoría, si eres lento. Pero con tu extraña y peculiar habilidad es posible que vueles a un noventa y tres por ciento de la velocidad de la luz,” Whooves dobló su papel y lo guardó en su bata blanca.
“¿Tú qué dices, doc?” dijo Spitfire, “¿Pasó la prueba?”
“Bueno, técnicamente perdió la carrera contra Rainbow Dash, pero masacró el tiempo límite anterior, solo tuvo una milésima de diferencia contra Rainbow Dash impulsada por el Sonic Rainboom y no estamos viendo todo su potencial. Yo le daba un six-pack y una medalla.”
“Pues con eso estaríamos cubriendo la prueba de habilidad también, pues la usas como parte de tu vuelo. Ahora solo queda la prueba de combate,” Spitfire caminó hacia las capsulas en la pared, “pero no te preocupes, no te haré pelear contra Soarin’. La prueba de combate consiste en lo siguiente…”
La líder se frenó de golpe y bajo la cabeza para mirar al suelo fijamente.
“¡…Piensa rápido!” se lanzó hacia Ampy sin avisarle, apenas dejándole espacio para que se pudiera quitar con un solo batir de sus alas. Flotando en el aire, observó como los Wonderbolts se alineaban frente a él.
“¿Qué fue eso?” preguntó el agitado Pegaso juvenil.
“La prueba de combate consiste en evitar todos los golpes que te intentemos conectar,” afirmó Flare con una sonrisa traviesa.
“Le arruinaste la sorpresa, ahora sabrá que lo intentaremos golpear,” remarcó Soarin con una sonrisa parecida, Ampy retrocedió anonadado, en realidad no sabía si estaban bromeando o si hablaban en serio.
“Míralo, no sabe ni qué pensar,” dijo el doctor con una breve carcajada.
“Mejor empieza a volar, muchacho,” Rainbow se lanzó a él tras terminar su frase. Ampy la esquivó con facilidad y aceleró hacia la salida, sin importar si los cuatro Pegasos hablaban en serio.
“¿Le damos alcance?” Flare Charge se levantó del suelo, preparándose para perseguirlo.
“No lo toquen,” respondió Spitfire alzando su liviano cuerpo del suelo, “quiero ver cuando se quiebre por la presión.”
“¿Entonces solo lo correteamos y vemos que hace?” preguntó Soarin’ extrañado, “seguro que si lo presionamos usará su habilidad.”
“No lo creo,” el doctor agregó de inmediato, “parece que solo puede usar su habilidad en línea recta, si hacen que dé una curva, matemáticamente, no podrá usar su habilidad, por-”
“Entendido, doc,” interrumpió Spitfire para evitar que él Pony terrestre les robara tiempo, “gracias por el consejo. Muy bien muchachos, ¡saben sus ordenes, vayan tras él!”
Flare y Soarin’ salieron disparados por la puerta del hangar en dirección del pequeño punto azul en la distancia, volando muy cerca el uno del otro.
“Tú espera aquí, Rainbow Dash,” Spitfire frenó el vuelo de su compañera con una pezuña, “Ya volaste demasiado por hoy.”
La novata bajo la cabeza, “Muy bien, jefa, lo que tú digas,” asintió resignada, yéndose hacia un lado del doctor.
“No te preocupes, Svetlana, le sabré entretener,” dijo el doc con una pequeña reverencia, no era muy común que pronunciara el verdadero nombre de Spitfire.
“Más te vale doc,” ignorando por completo la pequeña ofensa del doc, Spitfire inclinó su cuerpo para despegar, “volveremos rápido.”
“¡Dale uno de mi parte!” exclamó Rainbow Dash al ver a su líder lanzarse al vacio repleto de nubes. Ampy ya les había sacado bastante ventaja, pero volaba en territorio desconocido, no reconocía las tierras, o el pueblo debajo o veía Cloudsdale alrededor.
“En donde carajos estoy…” murmuró inspeccionando su alrededor girando su cabeza rápidamente. Al apreciar pequeñas figuras con forma de ponies moviéndose a nivel del suelo, hizo un vuelo en picada para intentar esconderse en algún lugar del pueblo con techos hechos de paja.
“Está yéndose hacia Ponyville,” señaló Flare con una pezuña la estela eléctrica visible en la distancia.
“Qué bueno no estamos vestidos de Wonderbolts, seguramente nos acosarían,” dijo Soarin’ con una sonrisa sarcástica.
“De todas formas, no hay que volar muy rápido o llamaremos la atención. Será interesante ver cómo se maneja ahí abajo.”
“Denme un reporte de situación,” dijo Spitfire algo agitada, pues les había alcanzado rápidamente usando su máxima velocidad.
“Se dirige hacia Ponyville, va en picada y muy rápido,” respondió Soarin’ dejando de lado su actitud bromista por una más seria.
“Seguro que va intentar esconderse, no lo pierdan de vista. Lo mejor será arrinconarlo de una u otra manera, sugiero nos dividamos para tener mejor probabilidad de éxito,” sugirió Flare, estratega natural desde siempre.
“Muy bien, así lo haremos. Ustedes dos bajen al nivel del suelo y entren al pueblo caminando de dos lados, yo le perseguiré,” dijo Spitfire con autoridad y sus colegas enseguida rompieron filas, descendiendo en picada a los lados, mientras ella continuaba su vuelo rectilíneo para doblar hacia abajo llegando al rastro de Ampy.
Los ponies del pacífico poblado de Ponyville se encontraban en la mitad de un día duro de trabajo como cualquier miércoles por la tarde, muchos aprovechaban la hora y la luz del sol para merendar en algún restaurante o reunirse con sus amigos.
Algunos Pegasos del servicio climatológico notaron el bólido azul que descendía hacia su pueblo a una velocidad que nunca pensaron ver, pero en lugar se acercarse o pasar la nota a un superior, solo miraron con sospecha sin mover un musculo de la cómoda nube en la que estaban recostados.
“En donde…” Ampy analizó el pueblo con su mirada en búsqueda de un buen lugar para esconderse, escogiendo un árbol que se destacaba del resto de la arquitectura local. Desviando su caída unos cuantos grados, fijo el curso hacia ese peculiar árbol con ventanas.
Sin quitarle el ojo de encima, Spitfire pudo ver el desvío de su curso y su dirección hacia un conocido inmueble, la biblioteca del pueblo, resguardada por la mismísima estudiante de Celestia y su dragón asistente.
“Tonto…” pensó con una sonrisa llena de confianza, girando la cabeza para ubicar a sus compañeros, quienes estaban a medio camino de aterrizar.
Ampy se frenó antes de golpear el borde del balcón, aterrizando sutilmente pero con prisa, abrió las puertas dobles de vidrio con marco morado pálido para entrar a la oscurecida biblioteca. Parecía que no había nadie adentro, todas las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas, él apenas y podía ver su propia silueta en la oscuridad.
Avanzó cuidadosamente, toqueteando la pared para encontrar algo que le pudiera proporcionar algo de luz. Al hacerlo, una de sus pezuñas tocó algo que se sentía esponjado, y después, algo le golpeó en la cabeza gentilmente.
“Tonto, llegas tarde y por el balcón como de costumbre,” dijo una voz femenina algo chillona, Ampy retrocedió sintiendo una mezcla de confusión y dolor.
“¿Qué?” preguntó Ampy sobándose su cabeza, “¿Quién anda ahí?”
Una pequeña vela se encendió súbitamente, iluminando el rostro de un Pony rosado con melena esponjada y alborotada que tenía los ojos bien clavados en Ampy.
“Oh,” dijo sorprendida, alzando una ceja, “tú no eres Barrage y no te he visto en Ponyville.”
“Podrías guardar silencio,” Ampy le tapó la boca con una pezuña, “me estoy escondiendo.”
“Oh,” con un rápido movimiento de su cabeza, se quitó el casco de Ampy del hocico, “¿estamos jugando a las escondidillas?”
“Mira, no sé quien seas o que hagas aquí, solo necesito esconderme por un rato, ¿entendido?”
“¿Por qué no te quedas a la fiesta?” la respuesta del colorido Pony terrestre tomó por sorpresa a Ampy, quien volvió a retroceder confundido. Justo cuando topó con pared, encendió las luces en el momento exacto en el que la puerta de la biblioteca se abrió del otro lado del cuarto, iluminando todos los estantes purpuras repletos de libros. Con un rostro atónito, un unicornio morado con melena bicolor teñido de un morado intenso y fucsia, entró al grito unísono de ‘¡sorpresa!’ directo de las gargantas de al menos treinta ponies previamente escondidos entre la penumbra.
“¿Pinkie Pie?” preguntó la festejada con alegría y la Pony rosada saltó felizmente hacia ella.
“¡Twilight!” exclamó con júbilo incontenible, “pensé que nunca llegarías.”
“Me retrasé un poco por algo que paso en Cloudsdale, pero ya estoy aquí,” le dio un cariñoso abrazo mientras los demás invitados se acercaban para saludarle.
“Si salgo, seguro que me encuentran, supongo que lo mejor es quedarse y esconderse entre la fiesta, bien dicen que no hay mejor lugar para esconder un árbol que un bosque,” pensó rápidamente, parándose correctamente y mezclándose entre la multitud, acercándose junto con los demás ponies a saludar a esta Twilight.
Se escabulló entre la masa de ponies para llegar hasta la festejada, ofreciéndole una pezuña con una sonrisa bien fingida.
“Felicidades,” la festejada le estrechó la pezuña con una mueca rara.
“¿Te conozco?” preguntó con mucha duda.
“Él acaba de llegar hace unos segundos, tampoco le había visto en el pueblo, ¡pero todos los ponies son bienvenidos a las fiestas organizadas por Pinkie Pie!” exclamó brincando alegremente, aparentemente desafiando las leyes de la física.
“Disculpa que me haya metido a su fiesta sin invitación, pero necesito un lugar en donde esconderme,” el tono de preocupación de Ampy hizo cambiar el rostro de Twilight.
“¿Por qué?, ¿Qué sucede?” preguntó extrañada.
“No puedo decir mucho, pero me están persiguiendo y necesito donde esconderme,” Ampy inspeccionó la biblioteca adornada con mesas, dulces y pasteles buscando un buen escondite.
“No creo te encuentren entre todo los ponies aquí atiborrados, bien dicen no hay mejor camuflaje que el más obvio,” dijo Pinkie Pie sin seriedad en su comentario, “¿Cómo te llamas?” agregó de inmediato.
“Sapphire Bolt, pero me dicen Ampy, por el peinado. Y si me disculpan, debo esconderme,” se dio media vuelta y caminó hacia una de las mesas.
“Un momento,” dijo Twilight con la voz levantada, “ese nombre… ¿No eres tú el Pegaso de la competencia del mejor volador joven?”
Ampy se paralizó por la pregunta, abriendo los ojos de par en par. Lentamente, giró su cabeza y dijo, “No vayas por ahí diciendo eso, por favor.”
La unicornio corrió hacia él y le tomo de una pezuña, jalándolo a una esquina de la biblioteca, “¿te están persiguiendo los Shadowbolts?” preguntó temerosa.
“No,” la respuesta tranquilizo el alma de Twilight, haciéndola suspirar aliviada, “pero aún así, debo esconderme.”
“¿De quién?” tras la pregunta de la unicornio, Spitfire apareció en la entrada, pasando su mirada por toda la biblioteca buscándole.
“De ella,” respondió señalando a la Pegaso amarilla en la entrada.
Spitfire caminó por la biblioteca completamente desapercibida a pesar de la peculiar coloración de su melena, tomando algunos bocadillos de las mesas.
“Tú no te preocupes, yo la entretengo,” dijo Pinkie Pie, nuevamente, sin seriedad, trotando despreocupadamente hacia Spitfire.
Ampy aprovechó el momento para esconderse en el lado opuesto de la fiesta, siempre tapando su rostro del campo de visión de Spitfire usando el cuerpo del algún invitado, seguido por Twilight.
“¡Oye tú!” Exclamó Pinkie Pie a un volumen imposible de ignorar, llamando la seria mirada de la Wonderbolt.
“¿Sí?” preguntó Spitfire con seriedad.
“¡A bailar!” Pinkie Pie le tomó de una pezuña y, aparentemente de forma mágica, música del género tecno llenó el cuarto y los cuerpos con ritmos intrépidos. La Pony de melena rosada agitaba su cuerpo al ritmo marcado por la tonada con alegría, pero su compañera de baile no parecía agraciada.
“¿Y a qué se debe la fiesta?” preguntó Ampy moviéndose, convenientemente al ritmo de la música, escondiéndose se Spitfire.
“La verdad es que no lo sé, la Pony rosada de ahí es la organizadora y lo hace por razones que pueden ser hasta absurdas. Se llama Pinkie Pie, por cierto; y yo soy Twilight Sparkle, con la situación apenas hubo espacio para modales,” dijo Twilight algo apenada por su falta de modales.
“No hay cuidado,” Ampy asintió la cabeza ahora con una sonrisa de verdad.
“¿Y a qué se debe que te estés escondiendo de una Wonderbolt?” preguntó la unicornio para sorpresa de Ampy. Detuvo su baile de golpe y le acertó una mirada llena de impacto.
“¿Qué?” Twilight alzó una ceja con una sonrisa arrogante, “¿creíste que no reconocería a la líder de los Wonderbolts sin traje?”
“La verdad si.”
“Es muy buen camuflaje, no se dejan ver mucho sin sus trajes entre los Ponies. La conozco por una amiga que también es Wonderbolt, pero se les unió hace poco, se llama Rainbow Dash,” Twilight tomó un bocadillo de una mesa cercana a ella.
“También la conozco, de hecho me están haciendo las pruebas para que sea uno de ellos,” Ampy reinició su extraña danza, Spitfire aun luchaba por zafarse del baile al que Pinkie Pie la había encadenado.
“¿Otro Wonderbolt?” dijo Twilight con la boca llena, “Celestia encontró al quinto rápidamente.”
“De hecho ella fue la que me convenció de que me uniera, en verdad que no quería,” tomó un panecillo de la mesa junto a él, sin interrumpir su extraña e improvisada danza.
“Si…” Twilight tragó todo el bocado que le impedía hablar con claridad, “Oye, si no estás en el potrero entonces te están haciendo su ‘prueba de combate’.”
“¿Por qué entre comillas eso ultimo?”
“Porque su prueba de combate es en realidad unas escondidillas. Te espantan amenazándote con que te van a golpear, para ver si encuentras en donde esconderte de ellos. No es una prueba de velocidad o de fuerza física, es una de astucia e inteligencia, evalúan tu habilidad para desaparecer en situaciones de riesgo, qué tan bueno eres para el camuflaje sin usar camuflaje.”
Las palabras de Twilight aclararon la mente de Ampy, no solo lo dijo de una manera que convencería a cualquiera, sino que lo hizo de una manera tan fluida y elocuente que todo hacía sentido.
“¿Y por cuanto debo esconderme?”
“Rainbow Dash me dijo que el truco era encontrarles, no hasta que ellos te encontraran,” una sonrisa se dibujo en su rostro con una pequeña carcajada, “tienes suerte, muchacho. Nadie le dijo eso a Rainbow.”
“Y te lo agradezco,” Ampy cesó su baile y caminó por entre la multitud en algún tipo de trance de concentración, lo cual extrañó a la unicornio. Con cuidado, se acercó a Spitfire siempre por su espalda, ayudado por Pinkie Pie, quien era mucho más perspicaz de lo que su primera impresión hacía notar, girando a la Wonderbolt para que no viera a Ampy.
Cuando estaba detrás de Spitfire, le guiñó al ojo a Pinkie Pie para que la soltara, agarrándola de la espalda con una pezuña y susurrándole al oído.
“Te atrapé.” Notas:-Finalmente escribí algo de pinkie pie, espero sea de su agrado el enfoque que le doy. -Spitfire es solo su apodo... -Tengo algunas imagenes que compartir el proximo episodio!! Gracias por su tiempo leyendo mi trabajo
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