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[FanFic] Pokémon Nightmares

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Pinkie Pie
view post Posted on 23/8/2011, 15:18     +1   +1   -1




Bueno, quise traer este fics a la comunidad por una razón. Lo escribí después de leer cupcakes y como me llamo tanto quise hacer la versión en Pkmn (y por que fue un poco challange aceppted por parte de el pony gratis). A mi manera hecho y con mis personajes y adf os traigo...

Pokemonnithgmares

SPOILER (click to view)
Aplausos, gritos y alabanzas. Eso era lo que se podía escuchar dentro del gimnasio de puntaneva. Ren, una joven promesa, acababa de alzarse con la victoria y ahora la medalla carámbano relucía entre sus manos. Inverna le daba la enhorabuena mientras le recordaba su próximo destino: Ciudad Marina. Para ello antes tendría que pasar por las laderas heladas de la ruta 217, que en aquellos momentos estaba siendo azotada por una gran tormenta de nieve. Hacer esta ruta le llevaría unos días por lo que el joven tuvo la idea de alojarse en uno de los alberges para dormir.

Al día siguiente Ren se levanto de la cama muy entusiasmado. Era tarde, las doce del medio día, pero que más daba. Bajo al salón del centro pokémon y cogió algunas magdalenas para desayunar, o a esas horas, almorzar. El joven no fue tonto y aprovecho para coger algún que otro bocadillo y aperitivo para el viaje. Su mochila ya estaba oficialmente hecha, su equipo pokémon volvió a sus pokeball y a su vez estas a el cinturón de Ren. Abrigado y preparado esté salió del centro pokémon y tomo la ruta 217.

Pasaron unas horas, era ya tarde. Poco le faltaba al reloj para marcar las siete de la tarde. Ren había descansado cerca de un antiguo altar que ofrecía cobijo a los viajeros y había comido algo de su mochila. Pero el joven de apenas 16 años, pelo negro, ojos oscuros, piel clara y altura media se encontraba fatigado, exhausto, cansado… No podía mas, pese a su abrigo, el frio le pudo. Cayó desplomado a la nieve, sus últimas imágenes, un froslass que se acercaba al muchacho. Una sonrisa se plasmo en la cara del joven y un sentimiento de esperanza se cruzo por su mente. “Estoy salvado” pensó, todo lo contrario. Su pesadilla no había hecho más que empezar.

- Parece que ya has despertado. – Sonó una voz femenina y joven. – Ya iba siendo hora de que despertaras. Supongo que has tenido suerte de que mi froslass te encontrara en medio de la tormenta.

- Don… ¿Dónde estoy? – Dijo Ren mientras se levantaba del suelo costosamente. A penas se podía mover, se encontraba pareado y con frio. Le dolía la cabeza, razón por la cual llevaba su mano izquierda sobre ella.

- Estas, mi querido joven, en una de las miles y miles de cuevas que te brinda esta hermosa ruta.

Ren alzo costosamente la mirada y pudo observar lo que había frente a él. Aquella voz que escuchaba venia de la chica que se encontraba delante de sus ojos. Esta estaba sentada en lo que parecía ser un trono cuidadosamente tallado en piedra. A su vez este se encontraba en medio de una pequeña isla situada en un lago. Este lago parecía ser un manantial ya que desaparecía por debajo de la pared que se situaba detrás. A petas podía ver al frente así que no vio nada de lo que había a su lado. Pero pronto lo descubriría. De momento observaba a la chica.

Sentada en el trono de piedra se encontraba una extraña joven. Sus piernas estaban cruzadas y su cabeza reposaba sobre su brazo derecho, este a su vez apoyado en el reposabrazos del trono. Vestía de una manera peculiar para el lugar donde estaba. Botas altas y negras, pantalón vaquero corto, una siniestra camiseta blanca con una cara sonriente que decía “Why so serious” y una chaqueta negra con capucha que le cubría la cabeza, casi parecía una capa ya que le llegaba hasta las rodillas. Poco se podía saber de su rostro, anda cubierto por una máscara de expresión sonriente color blanco. Solo se veía en color de su pelo que caía sobre sus hombros, castaño.

- Que… ¿Qué son esas…? ¿Quiénes son esos? – Balbuceo Ren mientras miraba a los lados de la joven.

Aquella chica no estaba sola. En el reposabrazos izquierdo se encontraba un pequeño Litwick dormido. Justo detrás, medio escondida en el respaldo, una tímida Froslass miraba al joven. Al lado derecho se encontraba tumbado en el suelo un intimidante Mightyena, este miraba fijamente a Ren enseñando los dientes. Del agua de aquel lugar se hallaba un Lapras que miraba tranquilo a la joven. Sobrevolando sus cabezas, un Chandelure.

- Anda Litwick despierta y sube a mi brazo. ¡Usa rayo hielo Lapras! – Ordeno la joven a su compañero acuático. Este creó un puente de hielo y la chica cruzo de la pequeña isla del trono a tierra firma. Junto a ella todos sus compañeros pokémon.

- ¿Puedo saber cómo te llamas? – Pregunto el muchacho y no tan exausto.

- De poco te sirve saber mi nombre, Ren. – Alego aquella chica.

- Yo me llamo... – intento añadir el joven como si de un intercambio se tratara.

- Esta bien, te lo diré si tanto lo deseas. Al fin y al cabo no saldrás de esta. – La cara del joven cambio por completo. Como que no saldría nunca, se pregunto. – Malas lenguas me llaman “la chica fantasma que trae la muerte”, pero yo prefiero que me llamen Nara. Esto es todo lo que debes saber de momento, Ren.

- ¿Cómo sabes tú mi…? – No le dio tiempo a terminar la frase. Nara se había situado frente a él y lo había cogido por el cuello. Él agarro el brazo de Nara y apretó fuerte intentado soltarse de aquella incómoda situación. Froslass le quito su cinturón con sus pokeball, era lo único que le quedaba a parte de su ropa. Mightyena le gruñía a los pies y Licwick le miraba riéndose.

Nara lanzo al joven contra el trono que se encontraba al otro lado del agua. Cayó sentado y antes de poder levantarse Lapras uso rayo hielo para poder sujetar al muchacho. Ahora tenía un abrasador hielo en las muñecas y pies que le impedía moverse. Muchas peguntas se le pasaban por su cabeza. Pero su mente quedo en blanco al observar el resto le la cueva.

Desde el punto que estaba se dio cuenta de que el trono era la parte más profunda de la cueva. Detrás de él no había más que agua helada y una inmensa pared. Pero al frente… Sin duda estremecedor. Se encontraba en una sala no muy grande con el suelo liso, pero con los techos plagados de estalactitas. El lugar estaba lleno de maquinas y tanques. A penas unos diez tanques, cinco a cada lado, decoraban la sala. Estos tanques en forma de cilindro estaban llenos de un extraño líquido azul con algunas gotas rojas flotando en este. Dentro de los tanques… Dentro de los tanques se encontraban los más macabros experimentos que jamás había visto Ren. No sabía cuales ni cuantos, pero estaban llenos de piezas de pokémon. En el tanque más cercano al joven, situado desde su posición al lado derecho, pudo observar las piezas de un Absol.

El pokémon blanco se encontraba despedazado dentro de aquel líquido azul. Ninguna de las piezas de su cuerpo estaban unidas. Su cabeza flotaba con las cuencas vacías de sus ojos y una expresión de dolor y terror. Aun salía sangre de sus extremidades. Todas sus patas habían sido arrancadas y su torso flotaba con una incisión cosida de arriba abajo y sin piel. Solo carne. Todo lo contrario al resto de sus extremidades.

El joven Ren se encontraba aterrorizado. Apenas alcanzaba a ver los otros tanques, pero sin duda dio gracias. No quería ver más de aquellos experimentos. Pero todo acababa de empezar para él.
Los tanques estaban conectados a dos maquinas con barias pantallas, teclados y botones. Parecía ser el centro de control de los cilindros azules. En el centro justo de la sala se encontraba una mesa de operaciones. Una gran camilla blanca con varios focos y espejos movibles arriba de esta. De lo que parecía ser el pie de la mesa de operaciones salía un brazo con una silla. Esta parecía ser bastante cómoda y parecía tener algún que otro botón, seguramente para controlar aquella maquina. Encima de esta se encontraban las tres pokeball de Ren.

Nara ordeno a Licwick que se bajara de su brazo y se colocara en la silla de operaciones justo en el mismo lugar que ocupaba en el trono. Chandelure se quedo quieto flotando justo detrás de la silla alumbrando, aunque no hacía falta con tantos focos. La joven ordeno a Froslass que llamara a Zoroark.

- Sin duda la fiesta va a comenzar. Eres muy afortunado al poder ver en primera fila este maravilloso y grandioso momento. – Dijo Nara mirando a Ren que se encontraba en el trono custodiado por Lapras.

En ese instante apareció Froslass junto a Zoroark, las dos se pusieron al lado de Mithgnyena. Con un gesto Nara ordeno que a los tres pokemons que estuvieran en guardia y seguidamente cogio la primera Pokeball y la abrió. Justo lo que esperaba, por alguna razón Froslass había traído a ese chico hasta Nara.

- ¡Rápido Froslass! ¡Usa onda trueno sobre Braviary! – El pájaro quedo paralizado en la sala. Rápidamente Nara repitió el proceso con las otras dos pokeballs. Un Arcanine y un Luxray. Los dos fueron paralizados por onda trueno.

Nara, sabiendo que ese ataque no duraría mucho, cogió una de las tres grandes jeringuillas que llevaba Zoroark en una bandeja y la clavó al primer pokémon paralizado.

- ¿¡Que es eso que les inyectas!? – Pregunto a voces Ren.

- Es un concentrado paralizante. – Respondió Nara. – Ahora tus pokémons no se podrán mover hasta pasadas 9 horas. Pero no pasa nada. Siguen sintiendo, sus cuerpos no están dormidos. Los necesito bien vivos para poder crear al hipogrifo.

Ren se volvió a quedar sin aliento. A penas tenida voz para preguntar que pasaba.

- Muy buen trabajo Froslass. Me has traído a un entrenador justo con las piezas que me faltaban. Excelente. Anda Froslass, prepara a Braviary, el será el primero en ser intervenido. Mientras Zoroark mete a Luxray en el tanque batería. Mightyena tu encárgate de que no nos moleste ese Arcanine.

Sin duda froslass era un pokémon fuerte. Puso a la gran ave encima de la mesa de intervenciones mientras Nara se situaba en la silla. El pájaro se encontraba tumbado de lado con las alas abiertas y estiradas, al igual que las patas. Nara se sentó en la silla y tocando unos botones de esta se acerco a la mesa de operaciones. Los focos se movieron de tal manera que así pudiera ver mejor. Froslass acerco una bandeja lleva de instrumentos quirúrgicos por su derecha. Mientras que Zoroark por la izquierda, tras dejar a Luxray en su tanque, le acerco una maquina con barios utensilios que parecían estar conectados a tubos.

Se ajusto los guantes, la máscara blanca, agarro el bisturí y comenzó la intervención.

- Primero hay que cortarle las piernas. Hay que ser cuidadosos, después tenemos que añadirle las de Absol. – Dijo Nara a sus dos ayudantes. Ren no podía creer lo que oía.
Un grito desesperado salió del ave. Nara estaba cortando su pierna derecha poco a poco, un corte en la parte superior de la pierna. Justo arriba del muslo. A penas hincaba el bisturí, pues quería conservar la piel lo mejor posible. La sangre se empezaba a derramar y el sufrimiento del Braviary se intensificaba. Una vez Nara tuvo listo el corte, comenzó a arrancar la piel del ave. El pobre pájaro notaba como le despellejaban parte de su pierna. Tirones lentos y precisos notaba junto a un escozor insufrible. No paraba de lanzar gritos e intentos de ataque. Estaba claro que no podía, no sabía cómo ahogar su sufrimiento. Al fin y al cabo esta paralizado, pero no anestesiado. Tenía que estar vivo y sentirlo, así el resultado sería mejor decía la joven.

Por fin había despellejado la parte posterior de las dos piernas. El ave gemía como si quisiera decir algo. Había sufrido, pero eso solo era el comienzo. Nara Estrecho la mano a Zoroark y este le entrego una especie de pequeña sierra eléctrica.

- ¡Froslass! Ves preparando las piernas de Absol.

El pokémon fantasmagórico se dirigió hacia el tanque para disponerse a sacar las dos piernas delanteras del absol. Mientras, un grito de agonía retumbo por toda la cueva.

Pocas veces se había visto a un pokémon como aquel que estaba en la mesa llorar, pero ya no podía más. Gritaba y gritaba mientras Nara cortaba su pierna lentamente. Ella quería mantener el hueso de la parte superior para encajarlo mejor con la pierna de Absol, por aquella razón mientras que cortaba en la parte superior aprovechaba para arrancar la carne del pokémon hasta dejar el primer hueso limpio y sin nada. La sangre corría y salpicaba por todas partes. La joven no se salvaba, ahora tenia los brazos cubiertos de sangre. También su cuerpo lo estaba.

Ren no podía creer lo que veía. Su estomago se revolvía al ver tanta sangre y extremidades por el suelo, por no mencionar las piernas que ahora eran solo hueso del pájaro. Intentaba hablar, pero su impotencia de no poder hacer nada le cegaba. Su querido Braviary se encontraba entre la vida y la muerte, tendido en la camilla derramando sangre y lo que no era sangre.

- Vaya desastre. – Dijo Nara. – ¡Zoroark! Limpia los excrementos de este maldito bicho.

Tanta rabia le dio a Nara este pequeño escape del ave, que una vez tenía las piernas pelas y solo con hueso, cogió la parte superior de la pata, el fémur, con su mano derecha y con la izquierda la parte de abajo, la tibia. Con pequeños y precisos estirones comenzó a separación de los dos huesos. El cartílago que los unida era fuerte, cosa que dificultaba la tarea de la joven. Para hacerlo más rápido retorció los dos huesos cada una hacia un lado. Al fuerte Braviary ya no le quedaba si quiera un mínimo de aliento para suplicar piedad. Su respiración era dificultosa, sus ojos estaban en blanco, su lengua fuera de la boca completamente seca… Decisivo fue el instante en que Nara arranco de cuajo un hueso del otro tras haberlos retorcido sin piedad. El ave, que ya no podía más, se desmallo.
- No puede ser. Zoroark, dame una jeringuilla de adrenalina. Tiene que seguir despierto por lo menos hasta la unión del torso.

Una enorme de dosis de adrenalina fue inyectada en su cuerpo. El pobre pájaro, que ya se encontraba a las puertas de la paz eterna fuera de todo sufrimiento, despertó de nuevo en aquella macabra mesa de operaciones. Gemidos desesperados salían de su boca y lagrimas de sus ojos. Apenas sabía que le estaban haciendo, pero por su dolor lo intuía.

El tanque de Absol estaba inclinado y abierto por la parte superior. En el tanque, ahora sin líquido azul, se podía observar los restos de aquel pokémon. Solo allí quedaba su cabeza, su torso sin piel y sus patas traseras.

En aquel preciso instante apareció Froslass con las dos piernas sobre una extraña mesa de ruedas que a su vez parecía una maquina. Las dos extremidades estaban conectadas a esta de tal manera que parecían estar vivas. El pokémon de hielo se dispuso a dejar la mesa con las dos piernas al lado de Nara. Esta, con todo el cuerpo salpicado de sangre, no se molesto en mirar.

- Zoroark, trae en ungüento y las herramientas para unir las extremidades. – La siniestra loba asintió con la cabeza y se dirigió a una uno de los extremos de la sala, hacia lo que parecía ser unas estanterías y entre los tanques. – Froslass, prepara a Braviary. Debes de colocarle los distintos goteros es su torso para extraerle la sangre. Después haz lo mismo con Arcanine.

Nara tomo en sus manos una de las piernas de aquel Absol.

- Estate atenta Zoroark, tú serás la que me ayude a colocar las piernas de Absol. Levanta bien las patas del pájaro este para que yo pueda convertirlo en una obra maestra.

Mientras que Froslass conectaba al perro de fuego a un montón de extrañas maquinas, Nara introdujo la pierna blanca en el hueso de Braviary. Zoroark, siguiendo las órdenes de la joven, levanto la pierna del ave para facilitar la tarea a su compañera. Tras forcejear un poco y mover las extremidades para saber si estaban bien puestas, Nara se dispuso a unir la pierna blanca al torso azul del ave.

- Coloca un poco del ungüento en la incisión. – Pidió la joven al su ayudante de negro. – Seguidamente comenzó a coser la pierna al torso del pokémon. El proceso se repitió en la otra pierna.

- Que… ¿Qué es eso que le pones? ¿¡Ese ungüento que es!? – Grito desesperadamente Ren.

Nara bajo de la silla de operaciones y se quito la máscara que le cubría es rosto desde que Ren llego. Al hacer esto una parte de su cara se mancho de sangre.

- ¡NARA! ¡No se dé que va todo esto, pero para ya! Estás loca, deja de torturas a mis pokémons.

Nara se acerco a la cabeza de Braviary y la cogió por debajo del pico, la pito fijamente y la devolvió al sitio tirándola sobre la mesa.

- Tu querido Braviary está muerto. – Nara se giro hacia donde estaba Ren con cara de ira. En ese instante echo a correr hacia donde estaba el chico, salto los pocos metros de agua y se coloco frente al muchacho. – Por tu culpa… ¡Por tu culpa ahora el pájaro está muerto, Ren! ¡Tenía que seguir vivo hasta la unión de los torsos y tu….! ¡Tú la has fastidiado!
Ahora Ren podía ver con claridad la cara de Nara, una joven de piel blanquecina, ojos verdes oscuros y pelo castaño. Sus mejillas, o al menos la que no estaba manchada de sangre, eran rosadas. Sin duda se notaba que era de donde vivía. Ren la miro fijamente… No entendía como, pero le parecía tan… Tan hermosa.

Nara se arrodillo frente a él y puso sus manos sobre las suyas. El hielo que le amordazaba había desaparecido gracias a Lapras, sus manos ahora eran libres para… No las podía mover. Por el frio las tenía dormidas. Ren se encontraba sentado en aquella especie de trono con la espalda y la cabeza pegadas al respaldo, como intentado huir de la mirada de la joven.

Ella se acerco poco a poco a la cara de Ren, su mirada había cambiado. Ya no parecía querer matar al chico, si no otra cosa. Nara se acerco a la cara del joven, este, pese a sus intentos de que no ocurriera, no pudo evitar que su secuestradora lo besara. No entendía que pasaba, algo raro sentía que le ocurría por dentro… Sus labios se separaron.

Nara le asentó una bofetada en la mejilla dejándola totalmente cubierta por sangre. Ella agarro la cara del muchacho por la barbilla y apretó fuerte.

- Desde que te vi aquí tirado en el suelo he tenido ganas de que te convirtieras en algo más que la victima para mí, pero como habrá el pico otra vez te abro en canal y te doy de comer a mis pokémons. – Nara se acerco la cara del muchacho y lamio parte de la sangre de su mejilla. - ¿Entendido? Y el ungüento solo es una especia de crema que regenera tejidos. Es perfecta para unir cuerpos sin vida como la de tu pajarraco. La formula se la robe un anciano entrenador del Absol que ves aquí. – Nara dio media vuelta, cruzo el agua a lomos de Lapras y volvió a la mesa de operaciones. Ren se quedo quieto y sin saber que pasaba… ¿Por qué sentía eso? Se preguntaba. El no sabía que padecía el llamado síndrome de Estocolmo.

Froslass y Zoroark esperaban a que Nara llegara. Ya habían colocado los dos cuerpos de Braviary y Arcanine encima de la camilla de una forma peculiar. El ave había sido movida al extremo más alejado de la camilla desde la posición donde se encontraba Ren. Estaba puesto a la misma dirección que la camilla, mientras que Arcanine estaba en horizontal. Sus patas colgaban de la mesa de operaciones al igual que su cabeza. Este estaba muy asustado, tenía un llamado ataque de ansiedad. Estaba claro, tras ver todas aquellas imágenes de su compañero torturado en la mesa de operaciones.

- Comencemos con la parte importante. Tenemos que unir la parte delantera de Braviary con la trasera de Arcanine. Froslass, trae la sierra mecánica grande. Mientras, Zoroark, limpia la zona del corte con alcohol. – Mightyena seguía mirando fijamente al perro de fuego vigilante mientras Zoroark obedecía las órdenes.

Nara se coloco la máscara blanca otra vez y Froslass le entrego la sierra.

- Estaros atentas las dos, ya falta poco para terminar. – Dijo Nara a sus compañeras que asintieron con la cabeza.

Un molesto ruido rompió la relativa calma del lugar. La joven encendió la sierra mecánica. Ese ruido le recordó a Ren la famosa tala de árboles, solo que esta vez no había árboles que cortar.
Nara hecho un vistazo atrás y vio a Ren, ni ella sabía por qué lo hizo. En ese momento se dispuso a cortar por la mitad a Arcanine. Un grito desesperado salió de la boca del pobre pokémon. Mientras que la sierra lo partía en dos no paraba de saltar sangre, partes de huesos, músculos. Un charco de orín se formo debajo de sus patas traseras, después de agonizar unos minutos, murió.

No había tiempo que perder, había que unirlos ya y traer a la vida el hipogrifo. Partes de los intestinos saltaban a la vez que sus pulmones o su riñón. Parte de la comida medio digerida callo en la mesa de operaciones junto con todo tipo de líquidos. El olor era insoportable. A Ren le entraron ganas de vomitar, pero saco fuerza para no hacerlo. El ácido del estomago salpico a la piel de Nara, esto hizo que le quemara, pero ni se inmuto. Una vez tubo al perro de fuego cortado por la mitad, se dispuso a hacer lo mismo con el fuerte pájaro.

Froslass y Zoroark retiraron la parte de la cabeza de Arcanine hacia un lado de la sala creando un rejero de sangre, restos de vísceras y líquidos de estas. Entre las dos metieron la parte sobrante en un tanque vacio que pronto se lleno de líquido azul.

- ¡Mightyena! Ves y avisa a Lucario. El ya tendrá preparado a Luxray para que entre en acción. – Ordeno Nara a su fiel compañero.

- ¿Cuántos siniestros pokémons mas tienes aquí? No entiendo cómo te ayudan… - Balbuceo Ren en voz alta. Nara no se molesto en contestar.

- ¡Froslass, Zoroark! Ayudarme a unir las dos piezas. – Ordeno la joven. Entre las tres movieron las piezas de los cuerpos muertos y los pusieron en paralelo, con las dos heridas juntas.

Comenzaron aplicando bastante ungüento en los dos cortes, seguidamente juntaron los cuerpos. Nara casia las partes con un hilo bastante grueso. En ese momento entro en escena el asustado Luxray.

El pokémon eléctrico estaba totalmente consciente, pero paralizado, dentro de un tanque movible cuadrado. Estaba lleno de líquido azul, pero el interior era raro. El tanque, como los demás, tenía unos gruesos cristales que dejaban ver, pero el resto nada que ver con los otros tanques. La parte superior, una gruesa tapa de hierro, salían unos cuantos tubos y cables que llegaban a la parte baja. Esta era alta y tenía varias pantallas, a su vez parecía tener barios objetos punzantes con un largo cable. Luxray tenía varios cables clavados en su espalda y es sus patas. De su boca salía un tubo por el cual respiraba y varios tubos finos inyectados parecían pasarle extraños líquidos a su cuerpo.

Lucario acerco el tanque cerca de la mesa de operaciones. Nara se acerco a su silla y desde los controles de esa movió la mesa de operaciones. Los focos de la parte superior se alzaron, ya no estaban tan pegados a los cuerpos. También levanto un poco la camilla y por último alejo la silla.

Mightyena, Chandelure y Litwick se alejaron de la mesa hacia donde estaba Ren. Froslass y Zoroark se apartaron a un lado dejando a Nara y Lucario solos en la intervención.

- Regálate los ojos Ren, vas a ver cómo nace un nuevo pokémon delante de tus propios ojos. Sin duda eres muy afortunado. – Nara comenzó a clavar aquellos objetos punzantes en el cuerpo de aquel ser hecho a base de piezas de otros. La joven se aparto junto a Lucario y este activo la maquina. Un extraño líquido entro en el cuerpo de Luxray y asentó una gran descarga al cuerpo del hibrido, o como Nara decía, del hipogrifo. Hicieron falta varias descargas para darle vida a la bestia. Al fin latía el corazón del hipogrifo.

- ¡JAJAJAJAJA! ¡POR FIN ESTA VIVO! ¡POR FIN LO CONSEGI! – Celebraron todos.

Una semana más tarde el cuerpo de investigación espacial de la policía llego a un macabro laboratorio situado en una cueva de la ruta 217. Unos días antes un extraño pokémon formado por el torso de un Braviary, piernas de Absol y cuerpo de Acanine, había atacado a un pequeño pueblo y devorado a su gente.

Dentro de la cueva encontraron el cuerpo sin vida, devorado por la bestia, de una joven que hacía dos años había desaparecido sentada en lo que parecía un trono. A la derecha, encontraron el cuerpo de un joven si camiseta que hacía unos días desapareció. Tenía un corte en cuello, del cual había salido mucha sangre ahora seca, ese corte fue echo mientras mantenía relaciones sexuales, por lo que murió en el acto. El rededor de un estaño trono, donde estaban los cuerpos, encontraron 7 pokémons en lo que parecía una feroz batalla, cerca de la joven, como si fuera un suicidio común. Del resto, un montón de tanques con un líquido extraño azul y pastes de pokémons muertos.


Espero que la historia os haya gustado y que comentéis que os a parecido.
 
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