| RoflLuxRay |
| | QUOTE No pude dejar pasar la referencia al juego "CoD: Black Ops" por el nombre de Mason en el primer capítulo (No se si fue casualidad o hiciste una referencia xD) =0 No esperaba la fueran a reconocer, y tambien hay varias referencias mas a Mass Effect por ahi regadas... QUOTE Mi nombre es McRae.... Leighton McRae (?) ok no xD QUOTE Mi opinion sigue igual, esto es interesante y adictivo...me rei con lo de " Debí haber pedido 007" Si no podia dejar pasar el referirme al famoso agente britanico, no pasa de una simple referencia/coincidencia en el fic xD Bueno, gracias a todos por leer el capitulo anterior y les traigo el 8 para que lo lean. Y sin mas preambulos... Capitulo 8Salí al pasillo nuevamente, cerrando la puerta electrónicamente detrás de mí para no dejar evidencia de que estuve ahí. Las instalaciones aún parecían desiertas, no había un solo ruido ajeno a los que yo provocaba. Caminando por los pasillos, llegué a una intersección como muchas alrededor, pero justo cuando avancé para cruzar esta, tuve un mal presentimiento.
“Quieto,” sentí un pedazo de metal frio en mi sien.
“Finalmente, empezaba a sentirme solo,” levanté mis manos con una sonrisa de confianza bien dibujada, viendo solo de reojo al Marine con casco que me apuntaba con su .45 MEUSOC.
“Me llevaré eso,” me arrebato la P229 de mis manos, “ahora, ¿me dices quien eres y qué carajo haces aquí?”
“No puedo decírtelo,” solté una risa burlona.
“No te hagas el listo,” me golpeo con la culata de su pistola en la espalda, el impacto fue tan fuerte que me tiró al suelo, “¡camina!” con la pistola siempre presente en mi cuello, me hizo caminar hasta el cuarto de control en silencio.
“¡Lincecum! ¡Ábreme!” la puerta de vidrio polarizado se deslizó y otro marine apareció, este tenía ojos cafés comunes y pelo negro, pero se distinguía por una cicatriz que le atravesaba la cara desde la frente a la mejilla izquierda.
“¿Quién es este tipo?” Lincecum retrocedió y nos dejo entrar al cuarto.
“No me quiere decir, lo encontré husmeando por los pasillos con una pistola,” me arrojó contra un montón de monitores en la parte izquierda del cuarto, el impacto me debilitó bastante, lo suficiente para quedar de rodillas en el suelo. Alcé la mirada para ver un cuarto con una gigantesca mesa rectangular en el centro, en ella había todo tipo de proyecciones holográficas y al menos seis marines estaban parados alrededor, todos me veían con odio. Detrás de ellos había varios monitores que mostraban parámetros, para mí, incomprensibles, pues todo estaba en ruso. En manchones de pared que resaltaban por la ausencia de computadoras, se veía un color azul marino parecido a la piel de la Princesa Luna.
En el lado más lejano del cuarto, un marine con una barba de candado me miraba fijamente con más odio que los demás.
“¿Qué es esto, Vásquez?” este hombre preguntó con una voz grave.
“Encontré a este hombre vagando por los pasillos afuera armado con una P229, señor,” Vásquez arrojó la pistola hacia la mesa.
“¿Una P229? Tráiganlo aquí,” dos marines rápidamente me levantaron del suelo y me arrastraron sin que opusiera resistencia hacia este hombre, cuya identidad probablemente era Bradley Cavanaugh.
“Esperaba que mas lucha de el hombre que ya mató cuatro de mis hombres, ¿Por qué cooperas tanto?” los marines me pusieron frente a él, me tenían agarrado de las manos firmemente.
“No estoy cooperando, solo no me resisto, eso es todo,” mantuve mi rostro inexpresivo y mi tono calmado, era la mejor opción para esta situación.
“Vaya acento, es obvio que los rusos no te enviaron, ¿Quién lo hizo?”
“Mira amigo, solo responderé a tres de tu preguntas, después tu respondes todas las mías,” dije con una sonrisa malvada y este gesto no pareció agradarle. Me golpeo fuertemente en el rostro tratando de borrar mi sonrisa, pero solo consiguió darme aliento para mantenerla. Al verme diezmado por el impacto, uno de los dos marines que me sostenían retrocedió.
“En serio crees que puedes escapar de-”
“Sí, te quedan dos,” me acertó un fuerte puñetazo en el estomago, sentí el aire escapar mi tórax y como la respiración se hacía más difícil, pero tenía que resistir.
“Muy bien, jugaré tu pequeña charada,” me tomó del pelo y acerco su rostro al mío, pude sentir su aliento directo en mi cara, mis fosas nasales no pudieron evitar el reconocer el olor a tabaco que emanaba de su boca, “¿Quién te envio y quién demonios eres?”
“Soy Leighton McRae y me envio la Reina Celestia. Se acabó el juego,” sin dudarlo, escupí una prominente flema directo a sus ojos mientras patee la entrepierna del marine atrás de mi. Giré mi cuerpo y tomé mi P229 de la mesa, ejecutando al marine con un tiro en la cabeza.
“¡Maten a este hijo de puta!” Cavanaugh gritó con furia, toqueteando sus alrededores buscando cobertura, pues unos segundos después todos los marines dispararon hacia mi posición.
“Te dije debías atarlo,” escuché a uno de los marines comentar con tono sarcástico desde el otro lado del cuarto. Me agaché bajo la mesa electrónica para cubrirme y esperar que vaciaran sus cargadores.
“¡Cúbranme!” un valiente marine salió de cobertura para correr hacia donde me escondía. Sin salir de mi agazape, apunté mi arma en dirección de la voz y dispare un par de veces. Un ligero suspiro se escucho antes de que el marine cayera al suelo con dos tiros al corazón, era mi dia de suerte.
La muerte paralizó a unos cuantos marines, haciendo que cesaran fuego pues pensaron le habían dado a su compañero. Era momento de contraatacar, y sin pensarlo dos veces me incorporé con mi pistola preparada para ver a cinco marines colocados alrededor del cuarto en manera estratégica.
“Dispararles a todos es imposible,” pensé instantáneamente, tratando de escoger a cual dispararle primero.
“¡Granada cegadora!” uno de ellos advirtió arrojando un pequeño cilindro metálico de color negro hacia mí, cerré mis ojos y dispare sin pensarlo. Era fácil saber que mi disparo había sido certero, pues un ruido estremecedor acompañado de un gran destello de luz llenó el cuarto por completo. El balance en mi cuerpo se vio severamente afectado, pero no tanto como los marines a quienes les exploto la granada más cerca y no cerraron los ojos.
“Ahora o nunca,” comencé a dispararle a los aturdidos marines que salieron de cobertura sin la menor idea de lo que les había golpeado, sus cuerpos cayeron abatidos uno a uno por un disparo en la cabeza o al corazón. No perdone a una sola alma excepto al teniente.
“Ahora, te toca responder mis preguntas como estaba establecido,” apunté mi pistola a su frente justo cuando acababa de limpiarse el escupitajo, un gritó se ahogo en su garganta cuando reconoció mi arma frente a él.
“Vete a la mierda,” respondió con indignación.
“Te dejare pensándolo otro rato,” concentre toda la furia que guarde con cada golpe que me dio en un solo culatazo, haciéndolo perder la conciencia.
“Supongo esto completa mi misión,” caminé hacia la computadora y suspiré de alivio, pues mi aseveración era verdadera.
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“Te debemos la vida, Leighton,” el viejo doctor dijo aliviado. Después de noquear a Cavanaugh bajé a liberar a los científicos rusos, quienes celebraron con alegría la muerte de los marines y la recuperación de sus puestos de trabajo. Entre todos limpiaron el cuarto de mando, de cadáveres y sangre; al parecer los rusos hacían más cosas aparte de mandar gente a Equestria. Tras dejar a Cavanaugh en la bodega donde los encerraron, y poner un letrero que decía ‘soldado americano loco’, acudí al llamado del viejo doctor, quien por cierto no me había dicho su nombre.
“No hay problema,” le di un apretón de manos con una sonrisa honesta, “y dígame, ¿Cómo hago que este lugar vuelva a funcionar?”
“El generador principal debería estar intacto, en unos momentos deberíamos restablecer comunicaciones con Equestria,” presionó un botón de gran tamaño a un lado de la mesa y todas las proyecciones se concentraron en un gran globo terráqueo con una barra de carga abajo.
“Seer, my snova onlîne,” un científico habló en ruso desde el otro lado de la mesa unos momentos antes de que la barra de carga se llenara súbitamente.
“Grandioso, Nikolai nos acaba de decir estamos en línea otra vez, intentare comunicarme con los ponies…” comenzó a teclear a una velocidad inhumana en un panel holográfico naranja frente a él, las ventanas aparecían y desaparecían rápidamente sin que pudiera entender algo.
“Esta es la estación de comunicación de Equestria, por favor Dulce Sorpresa, dime que son ustedes,” una voz masculina se escuchó en los altavoces del cuarto.
“Aquí Dulce Sorpresa, Equestria. Informen a la Reina Celestia que la misión de su agente fue todo un éxito, estamos a salvo,” el doctor simplemente dirigió su voz a las proyecciones holográficas, su tecnología era impresionante.
“Entendido, Dulce Sorpresa. Aquí tenemos a Twilight Sparkle, ella quiere hablar con LH7.”
“¿Twilight?” acerqué mi rostro a la proyección, imitando las acciones del doctor.
“¿Leighton? ¿Estás bien?” claramente era la voz que me hablaba hace un rato, la voz de Twilight.
“Solo unos cuantos moretones y rasguños, pero sigo vivo, ¿tú qué tal?” dije con una gran sonrisa. Escuchar una voz amigable después de momentos de tanto estrés me venía muy bien.
“Me da gusto que estés bien, ahora dame tu reporte,” a pesar de que lo estaba haciendo por pura formalidad, estaba seguro que ella quería seguirme la corriente y dejar de lado el reporte por un momento
“Misión cumplida, resolví la causa de la falla en las comunicaciones y restablecí a los rusos en sus puestos. Las instalaciones fueron ocupadas por un equipo del cuerpo de Marines de los estados unidos, alegando tenían control sobre las instalaciones.”
“¿Erradicaste toda presencia americana?”
“Negativo, capture a su líder, el Teniente Bradley Cavanaugh. El resto de su escuadrón murió en acción.”
“¿La cuenta de bajas es superior a diez?”
“No, solo mate nueve Marines,” reí sarcásticamente mientras ella suspiraba algo decepcionada.
“Tenias que matarlos a todos, ¿verdad…? Bueno, al menos la cuenta no pasa de diez, y Celestia no quería más de esos, por lo que debería quedar satisfecha con tu rendimiento.”
“Genial, ¿cuál es mi siguiente misión?” pregunté emocionado.
“Te necesitamos de vuelta por aquí, ya hiciste bastante por hoy y Celestia quiere que descanses unos días. Mi conferencia en la ONU se reprogramó por una supuesta reunión de emergencia, tu sabes necesitan reorganizarse cada que tiran una bomba en alguna ciudad grande. Aunque si quieres puedes quedarte en la tierra.”
“Úntenme mantequilla y llámenme bizcocho,” dije con una sonrisa, “claro que no me quedo por aquí, mándenme de vuelta para allá, solo asegúrate de que siga siendo yo cuando llegue.”
“Muy bien. Doctor Lukashenko, mándalo de vuelta junto con el soldado capturado. Hablaremos con él cuando llegue.”
“Enseguida, señorita,” Lukashenko presionó un botón y la comunicación se termino.
“¿Cómo ponificas al viejo estilo ruso?” froté mis manos con ansiedad.
“Es un proceso algo complejo. Hey, Nikolai! Voz’mite yego vkomuntu transporta.”
“Horosho, •eer, sleduĭte za mnoĭ gospodin Leighton,” un científico de pelo café corto me señalo lo siguiera. Guardo silencio total al caminar por los pasillos del lugar, llevándome a un cuarto protegido por un par de puertas blindadas, cerrado electrónicamente con tarjeta y contraseña numérica de bastantes números.
Las puertas liberaron presión y comenzaron a abrirse lentamente, revelando un gran cuarto con una estructura parecida a un tazón de metal pegado a la pared del fondo, con varios cables que salían de servidores alrededor y se conectaban a la parte trasera del tazón. Unos cuantos escalones separaban al tazón del resto del suelo, y las luces de los servidores eran la única fuente de luz en el cuarto.
“Espere aquí, señor Leighton,” dijo Nikolai con un acento ruso muy marcado, su español era muy forzado. Acentos como el suyo eran la viva prueba del cliché americano de la voz rusa. Se dio media vuelta y abandonó el cuarto con algo de prisa.
Mirando de cerca mis alrededores, noté una pequeña consola con letras legibles junto al gigantesco pedazo de metal pegado a la pared.
“Supongo puedo husmear un rato…” corrí hacia la consola, husmeando entre los menús que aparecían frente a mí. Hubo uno en particular que llamó mi atención.
“Parece que si tienen bien vigilado quien entra a Equestria…” revisé una larga lista de nombres ordenados alfabéticamente.
“No creo que…” toqué mi mentón meditando, “pero…” mis manos se movieron casi por si solas tecleando una palabra que tengo memorizada. Mi apellido. Para mi sorpresa, dos archivos muy especiales salieron de la búsqueda.
“Angélica McRae. Estatus: Viva. Transferida al refugio en Fillydelphia. Nombre de Pony: Clasificado. Perfil: Cambio cultural regular, el sujeto no exhibe recuerdo alguno de su vida, pero no reconoce a su hija como tal.
Parientes: Diana Blair McRae, hija.
Situación actual: Se perdió su rastro cuando salió de Fillydelphia, su localización actual es desconocida.
Diana Blair McRae. Estatus; Viva. Transferida al refugio en Fillydelphia. Nombre de Pony; Clasificado. Perfil: No hubo necesidad de cambiar al perfil cultural por su corta edad. No reconoce a su madre como tal.
Parientes: Angélica McRae, madre.
Situación actual: Se perdió su rastro cuando salió de Fillydelphia, su localización actual es desconocida,” recité en voz alta de manera mecánica.
“Señor Leighton,” Nikolai dijo con el ceño bien fruncido, había regresado acompañado de otro científico arrastrando el cuerpo del desmayado teniente Cavanaugh. Cerré todas las ventanas de la maquina y me alejé de ella con una sonrisa nerviosa.
“¿Está todo listo?” colocaron el cuerpo de Cavanaugh junto a mí en la estructura metálica.
“Así es, permanezca quieto en el portal. La ponificación comenzará en unos instantes,” se acercó a la consola y comenzó a teclear algo a una velocidad cercana a la de su superior. La electricidad comenzó a fluir hacia el portal, sentí el aire más pesado y mi cuerpo adormecerse.
Mientras toda sensación abandonaba mi cuerpo, alcancé a sentir que era succionado hacia un vacio en el que todo era oscuro, recobré el tacto en mi cuerpo cuando un rayó me pego de lleno en el pecho. El dolor comenzó a desvanecerse de poco a poco, y nuevamente perdí la conciencia en medio del proceso.
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Me desperté de golpe al sentir que mi cabeza era electrocutada, abriendo los ojos ampliamente para reconocer a Twilight Sparkle frente a mí.
“¿Leighton? ¿Recuerdas quien eres?” preguntó con preocupación.
“Recuerdo que las últimas dos veces que hice esto mi cabeza no se sentía como un melón partido a la mitad,” me incorpore con un pequeño gemido de dolor, sobando mi cabeza con un casco.
“Tomare eso como un sí, bienvenido de vuelta.”
“¿Estoy en tu casa?” pregunté tan pronto como reconocí las paredes repletas de libros, características de la casa barra biblioteca en la que ella habitaba.
“De hecho apareciste en el portal de Canterlot, pero te traje aquí,” dijo con una linda sonrisa.
“¿Y Cavanaugh?”
“Su interrogatorio en Canterlot ya debería haber terminado. Se supone que Spike me dará las noticias en unos momentos. Y no te preocupes, borraremos su memoria cuando terminemos y se incorporará a la policía de Manehattan como cualquier otro Pony.”
“Yo lo mandaba de vuelta si fuera tu…” murmuré entre dientes, insatisfecho con la decisión.
“¡Hey Twilight!” se escuchó como la puerta era azotada, era Spike sosteniendo un papel, justo como cuando lo conocí, “ya llegaron los resultados del interrogatorio.”
“Hola Spike.”
“¡Oye, es Leighton! ¡Volviste!” tomó mi pezuña y la agitó, como lo debió haber hecho cuando nos conocimos.
“Y, ¿qué dice la carta? Ábrela,” el obediente dragón siguió las ordenes de su jefa y aclaró su garganta antes de empezar.
“Iré directo a las preguntas…” sus ojos bajaron por todo el texto del papel, “Ok aquí va. ¿Para quién trabajas? ‘Para el cuerpo de Marines de los Estados Unidos. ¿Cuál era el objetivo de su incursión en las Instalaciones de Ponificación Rusas? ‘asegurarla para obtener datos para una potencial invasión militar a Equestria’.”
“Lukashenko tenía razón,” toqué mi mentón meditando.
“¿Para qué serian usados estos datos?-”
“¿Qué clase de pregunta redundante es esa?” pregunté sarcásticamente.
“Aquí dice que usarían los datos para desarrollar una tecnología que permitiría atacar Equestria sin mandar tropas.”
“Basta, Spike,” Twilight interrumpió con indignación, “ya oí suficiente. Mándaselo a Celestia.”
“¡Enviando!” Spike sopló al papel una flama verde y este se desvaneció en una masa de polvo grisáceo que voló por una ventana.
“Estoy seguro que Celestia tendrá una opinión interesante al respecto,” dije mirando a Twilight con algo de preocupación.
“Pues no tendrás que lidiar con ella, me dijo que puedes tomar el fin de semana. Finalmente puedes ayudar a Rarity o Applejack como querías,” comenzó a levitar libros con su magia.
“Así que… ¿me puedo ir?” pregunté escépticamente.
“Si puedes irte a vagar por el pueblo como turista, yo me quedaré aquí revisando unas cosas.”
“Muy bien…” retrocedí aun con escepticismo, acertándole una mirada extraña. Salí de la biblioteca con Spike atrás de mi sin un rumbo fijo en mente, hace apenas veinte minutos estaba disparando en un laboratorio ruso a más de doscientos metros bajo tierra, y ahora podía hacer lo que yo deseara.
“Así que… ¿A dónde vamos?” preguntó con curiosidad el pequeño dragón, iluminando mi mente con un bien destino para comenzar.
“¿Apple Bloom está bien?”
“Bueno, lo último que supe es que estaba en Sweet Apple Acres recuperándose de su ataque; ¿quieres ir a visitarla?”
“Tu llévame,” le dije alegremente. Spike comenzó a correr delante de mí, y rápidamente le alcancé volando, una tarea que ahora me resultaba un poco más fácil, aunque todavía me sentía algo torpe para dar vueltas o descender.
Al final de la calle, los lados se empezaron a llenar de manzanares. A lo lejos, un prominente granero esculpido de manera extraña se asomaba encima de una loma, estábamos entrando a Sweet Apple Acres.
“Eso no es justo, ¡tú puedes volar!” exclamó con tono juguetón. Me arriesgue a dar un giro en el aire y volar de cabeza, al ver que mi truco resulto le mire desde arriba con algo de arrogancia.
“¿Qué tiene? Hace unas horas no las podía utili-” fui interrumpido bruscamente por otro objeto volador que chocó bruscamente contra mí, haciéndome caer al suelo sin control. La caída no fue letal, pero si dolorosa.
“¡Leighton!” Spike corrió a asistirme espantado.
“Estoy bien… estoy bien…” dije sobándome la cabeza, dándome cuenta que el objeto volador no identificado era otro Pegaso, pero más pequeño y de color naranja, su melena era corta y morada.
“¡Scootaloo! ¿A ‘onde crees que vas?” Applejack saltó de entre los árboles, exclamando con enojo. Se veía algo cansada, “¿Pero qué diantres…? ¿Leighton?” corrió hacia mí para ayudarme a incorporarme.
“Estoy bien, revisa al pequeño.”
El pequeño Pegaso gruñó adolorido, parándose lentamente, “¿en dónde estoy?” preguntó confundida.
“Oh… ¿estás bien?” Applejack tomó la cabeza de Scootaloo y la agitó casi violentamente.
“Si sigues sacudiendo su cabeza de esa manera, lo dudo,” dije de manera sarcástica, y ella dejo de sacudirlo. Scootaloo recuperó la completa percepción de sus alrededores en ese momento, pues ya parecía poner más atención.
“Quiero saber que estabas haciendo husmeando en mi casa,” la Pony dijo con tono autoritario, pero con el temple de una madre preocupada.
“Solo quería ver si Apple Bloom estaba bien,” dijo arrepentida de sus acciones, bajando la cabeza.
“¿Y no puedes tocar la puerta y preguntar? No te voy a morder.”
“Lo siento…” la pequeña tragó saliva, conteniendo su llanto. Muy valiente para alguien tan joven.
“No hay problema, puedes entrar a ver a Apple Bloom,” acaricio su cabeza con una cálida sonrisa, “¿y tú qué? Leighton.”
“Esperaba poder ver a Apple Bloom también, si gustas llevarnos,” apunte mi pezuña hacia el camino de manera educada. Ella sonrió y comenzó a caminar hacia su casa.
“Qué lindo detalle el que vengas a ver a Apple Bloom, ella está bien. Ya no le duelen sus heridas y ahora solo reposa en cama hasta que el doctor diga que puede salir,” troté hacia un lado de Applejack, Spike se montó en ella y Scootaloo volaba sobre nuestras cabezas.
“¿Ya ves?, tuve que salir muy apurado y no me pude despedir, me disculpo por mi falta de modales.”
“No te preocupes, hombre. Quien sabe para que te quería Twilight, y la verdad prefiero no saberlo. Ella es la que debería disculparse por su falta de modales.”
“Supongo tienes razón,” dije con una pequeña sonrisa en labios, “de todas maneras, pude haberme despedido y no lo hice.”
“¿Te tomas muy en serio todas las acciones comunes de todos los días?” había un tono de broma en la voz de Spike que hizo no tomara alguna ofensa de su comentario.
“Fui educado para tener modales, en Inglaterra el no mostrarlos es una profunda falta de respeto. Entenderás es algo que traigo desde allá.”
“Claro…” Spike giró sus ojos, tomando mi comentario a la ligera.
“Ya llegamos, Leighton” Applejack dijo con orgullo, “bienvenido a Sweet Apple Acres, casa de los Apple.”
Era claro que había razones para sentirse orgulloso de sus raíces. El granero delante de mí era un poco más alto de lo que pensé al principio, y noté la presencia de algunos sembradíos de maíz junto a él. Alrededor del granero, había manzanares. De hecho había bastantes manzanares por doquier, de ahí el nombre de Acres de Manzanas dulces.
“Spike, aquí te bajas. Cuida a Scootaloo por un momento en lo que llevo a Leighton a ver a Apple Bloom,” se sacudió al dragón con un solo movimiento de cadera.
“Pero…” Scootaloo protestó
“Pero nada, es tu castigo por no avisarme. Spike, cuídale,” él asintió la cabeza obedientemente, sentándose en una cerca junto a un sembradío. Applejack caminó hacia su casa, señalando que la siguiera.
“Estoy muy agradecida que estuvieras ahí para salvar a Apple Bloom. Escuché que el grifo ya está siendo procesado en Manehattan,” dijo agradecida, abriendo la puerta de madera de su hogar. Al parecer estaba sola, pues no había nadie adentro de la adorable casa decorada al viejo estilo tejano, con varias fotografías de rodeos colgadas en las paredes.
“No te fijes, un placer el poder ayudar,” respondí con modestia, acompañándola por un unas escaleras de madera rojas hacia la planta alta de su casa. Al final de las escaleras, giró hacia la derecha por un pasillo iluminado por una ventana al final.
“Ha estado durmiendo por un rato, así que debería estar despierta,” murmuró mientras nos acercábamos a una puerta rosada marcada con las letras A.B. Empujó la puerta con su cabeza gentilmente, haciendo el menor ruido posible. Pero los crujidos del piso de madera nos habían delatado desde que subíamos las escaleras.
“¿Apple Bloom? ¿Ya estas despierta?” preguntó en voz baja. La potranca giro su cuerpo cubierto en sabanas rosas para vernos con una gran sonrisa. Su cabeza estaba cubierta por unas cuantas vendas, y las sabanas que la tapaban no le permitían mucha movilidad.
“¡Leightn’!” Apple Bloom exclamó emocionada al verme.
“¿Estás bien?” pregunté con dulzura en la voz, una dulzura con la que solo le hablaba a mi propia hija.
“Sip, mis hermanos me han estado cuidando y ya me siento mucho mejor, ¡todo gracias a ti!”
“¿Dormiste bien?” preguntó Applejack al acercarse a un lado de su hermana.
“Si, pero aun tengo esos sueños raros.”
“La presencia de pesadillas es ocurrencia común en niños con estrés post-traumático, deberían irse en un par de días, no te preocupes,” asegure acariciando algo de su melena que salía de entre las vendas.
“No son pesadillas. Sueño que estoy caminando en una ciudad y que llamo alguien mami, ¡es algo divertido!” la cara de Applejack cambio de golpe a una de susto, me agarro de la cola y me jaló a una esquina lejana del cuarto para evitar que su hermana escuchara.
“No sabía que soñaba esas cosas. El doctor me dijo que tiene una contusión cerebral,” susurró a mi oído.
“¿Cuántos años tiene?”
“Cumple siete en unos cuantos días.”
“Desordenes del sueño… ¿no padecía de ellos antes del ataque?”
“Un momento, ¿eres un doctor o algo así?” cambio el tema de conversación sorprendida.
“No, pero me sé un par de trucos de psicología, pues hice una tesis en la relación cerebro-social-sensorial humana.”
“No sé de qué diantres me estás hablando pero suena convincente.”
“Seguro que si, ahora dime si ha estado teniendo problemas así antes del ataque.”
“No lo creo, me lo habría mencionado.”
“No me excluyan de sus pláticas, ¡ya estoy grande y quiero oír!” Apple Bloom se quejó alzando la voz en tono de berrinche.
“Muy bien pequeña, Leighton te va a hacer unas preguntas, quiero que seas honesta, ¿de acuerdo?”Applejack caminó hacia su hermana otra vez, acariciándole la frente.
“Muy bien, ¡dispárame!” dijo la pequeña enfáticamente.
“Quiero que me describas que sucede exactamente en tu sueño,” dije parándome al lado de la potranca, el rostro de su hermana era de preocupación.
“En mi sueño estoy en una gran ciudad…” alzó la mirada al techo tratando de recordar algo, “Fillydelphia, estoy en Fillydelphia, lo sé por unos edificios que he visto en fotos. Camino por las calles siguiendo a algún Pony. No lo veo pero solo sé que es mi mama porque le grito así muchas veces.”
“¿Llegas a alcanzar a este Pony?”
“No, ella corre a un edificio de ladrillos rojos y acaba mi sueño, puedes creerlo Applejack, ¡soñé con mama!” dijo emocionada, pero su hermana permanecía angustiada.
“Muy interesante…” Applejack me mordió la cola nuevamente y volvió arrastrarme lejos de la cama de su hermana, quien protestó inmediatamente pidiendo regresara a su lado.
“El que un Pony tenga sueños usualmente significa algo especial, pues rara vez los tenemos,” susurró directo a mi oído.
“¿Y?”
“Si está soñando con nuestra madre entonces sigue viva y está en Fillydelphia.”
“Esa es una aseveración atrevida, ¿Y no conoces a tu madre?” pregunté con escepticismo.
“Mira…” suspiro de manera rápida dada la situación, “es un asunto bastante complejo y no es fácil explicar. Si quieres te explico todo si viajas conmigo a Fillydelphia, pero nos tendríamos que ir hoy.”
“¿Cómo?” la idea de Applejack me sorprendió por completo, mi dia se estaba volviendo cada vez mas contrastante, “¿Vas a tomar una decisión totalmente imprudente basándote en algo que no alcanza ni siquiera el estatus de corazonada?”
“Sí” respondió con gran confianza, “cuando te explique todo seguro entenderás, ¿Vienes o no?”
Su petición era algo completamente repentino, pero su determinación y su mirada reflejaban lo importante que era esto para ella. Y para solo haber estado con ella un par de horas antes y no tener más de un dia de conocerla, confiaba en ella tanto como en Twilight.
“Muy bien, iré contigo.”
“Gracias, ahora ve a decirle a Twilight que voy a tomarte prestado por un par de días, dile que voy con unos tíos y no puedo ir sola,” comenzó a empujarme hacia la salida con su cabeza, los pisos de madera no ayudaban a mis pezuñas para ofrecer resistencia.
“Oye al menos deja me despido de tu hermana,” giré mi cuerpo para salir de su empuje, “¡nos vemos Apple Bloom!”
“No te lo lleves así Applejack, ¡que se quede otro rato!” la potranca gritó en protesta, su voz llegó a un tono capaz de enloquecer a cualquier persona. Applejack terminó de sacarme del cuarto unos instantes después, cerrando la puerta de golpe detrás de ella.
“¿De qué demonios se trata esto?” le pregunte con el ceño bien fruncido, ella puso su pezuña en mis labios, acallando cualquier comentario posterior.
“Mira, voy a tener que fugarme,” dijo con preocupación, “La Abuela Smith no me deja salir muy lejos y Big Macintosh me mataría si se llega a enterar de esto, pero tengo que correr el riesgo. Ve y dile a Twi, te veo en la entrada de la granja a las siete en punto, ¿de acuerdo?” comenzó a encaminarme hacia la salida de su casa con prisa, abajo ya había dos Ponies, un potro grande y fuerte de color rojo y melena rubia un poco más oscura que la de Applejack acompañado de una vieja yegua verde, bastante desgastada por la edad.
“¿Quién es este apuesto jovencito Applejack?” preguntó la anciana con voz tambaleante.
“No es nadie, ya se iba,” respondió bastante nerviosa, casi empujándome por las escaleras.
“Estaré vieja pero no soy tonta, ¿cómo te llamas joven Pegaso?”
“Mi nombre es-”
“Whooves, y es un doctor que Twilight me recomendó para Apple Bloom. Ya hizo su consulta y pasaba a retirarse,” dijo segura de sus palabras, pese a que eran una bola de mentiras. Pude sentir cómo su pezuña se retorcía en su espalda, incitándome a seguirle el juego.
“Así es,” aseguré con mi dote natural de mentir, “La potranca debería recuperarse con los ungüentos que les he dejado.”
“Muchas gracias por su consulta, doctor. ¿Cuánto va a ser?” preguntó el potro rojo, su voz era relajada, calmada. A pesar de su intimidante aspecto no parecía que abusara de él.
“Ya le pagué, Macintosh, no te preocupes,” Applejack continuó empujándome hacia la puerta.
“¡Gracias por todo!” dijo la Pony de avanzada edad momentos antes de que Applejack me sacara por completo de su residencia.
“Ya sabes el plan, yo ahorita me las ingenio para salirme de aquí. ¡Vete!” apuntó hacia la salida de la granja y azotó la puerta de su casa. Toda esta experiencia me demostró que mis asunciones estaban equívocas, los Ponies al parecer si pueden mentir y muy bien. Notas:-Largo, ¿verdad? -A este le metí turbo, la trama avanza rápido y lo preví, pero solo pasan algunas horas. -Las cosas que dicen los rusos son, en orden de aparicion: "Nikolai, llevatelo al cuarto de transporte," y "si señor, leighton, sigueme". -Use traduccion de google, pero que diantres si quedo. Y gracias al Dr.Fluttershai por señalar comoo hacer lo de la imagen de Leighton, se las dejo abajito! Gracias por el tiempo leyendo mi trabajo!
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